Josefa Feria Martín

Ernesto Feria Jaldón, presidente del último Ateneo de Huelva (1968-1970)

Ernesto Feria Jaldón, presidente del último Ateneo de Huelva (1968-1970)
Ernesto Feria Jaldón, presidente del último Ateneo de Huelva (1968-1970)

24 de febrero 2020 - 06:03

Huelva/EN estos días, asistimos a la creación de un nuevo Ateneo en Huelva. Quisiera hacer algunas aportaciones acerca de las noticias que, respecto a la fecha de extinción de la anterior institución ateneística, se han publicado. Y no solo en relación a la fecha de esa supuesta extinción, sino a sus últimos momentos entre 1968 y 1970, hoy, al parecer, en el olvido.

Según noticia aparecida en el diario Odiel el día 28 de enero de 1968, Ernesto Feria Jaldón fue nombrado, en la Junta General del Ateneo de Huelva, nuevo Presidente del mismo, así como el Dr. Vázquez Limón, Presidente Perpetuo Honorario. Con posterioridad a dicho nombramiento, se hizo a D. Francisco Vázquez Limón un sentido homenaje, acto del que conservo una fotografía que amablemente me cedió el periodista Jesús M.ª García Hueto, y en la que mi padre, Ernesto Feria, entrega al Dr. Vázquez Limón un pergamino de Domingo Franco en señal de afecto y reconocimiento por su labor al frente de la citada institución -también guardo una entrañable semblanza médica que le dedicó, en el Boletín del Colegio de Médicos de Huelva, a su muerte en octubre de 1973.

Continúa esta noticia mencionando a los nuevos cargos que formarían parte, en adelante (y al parecer con gran entusiasmo juvenil) del Ateneo, de la siguiente forma: Presidente: D. Ernesto Feria Jaldón; Vicepresidente: D. Francisco Sánchez Delgado; Secretario: D. Juan de Mata Rodrigo; Tesorero: D. Enrique Bono Santos; Contador: D. Manuel Garrido; Vocales: D. Vicente López Castro, D. Rafael Real Imedio, D. Enrique Fosar, D. Ladislao Lara Palma, D. Juan Seisdedos, D. Carlos Navarrete y las señoritas (sic) M.ª del Carmen Mora Abril y M.ª del Carmen González Blanco. Y concluye la crónica agradeciendo al Dr. Vázquez Limón el papel tan significativo que tuvo aquella institución, que impulsó en el año 1964, en la vida cultural de la ciudad.

Resulta un poco extraño comprobar que en un artículo publicado en la revista universitaria Huelva en su Historia del año 2002 (nº9) y titulado Los cuatro Ateneos de Huelva (1888-1968) y la polémica ateneísta (1907-1908), no se mencione esta última etapa del ateneo onubense que echa a andar a comienzos de 1968 y que, según los datos que conocemos, dura hasta 1970, al menos. En efecto, en la Orden de 29 de mayo de 1970, publicada en el BOE de 23 de junio de ese mismo año, se aprueba el Patronato de la Casa de la Cultura de Huelva en la que figura, como vocal: “D. Ernesto Feria Jaldón, Médico y Presidente del Ateneo de Huelva” (Sic). Tenemos pues que, al menos desde el 28 de enero de 1968 hasta el 23 de junio de 1970, mi padre estuvo al frente del Ateneo y que su funcionamiento debía ser mas o menos regular, a juzgar por la Convocatoria de Asamblea General del mismo que se hace en el diario Odiel en fecha de 11 de marzo de 1970. La hemeroteca es una joya que nuestros archivos conservan con gran primor, por suerte.

Muchos recuerdos infantiles son frágiles, porque no determinan especialmente nuestras vidas posteriores; por eso tengo unas vagas reminiscencias de la asistencia de mi padre a las sesiones del Ateneo; no obstante sí recuerdo que se nombraban en casa con una mezcla de entusiasmo -sobre todo las celebraciones de los Salones de Otoño de pintura- y preocupación. Después, ya mayor, mi padre me contó algunos pormenores de aquellas vivencias suyas y las razones de su alejamiento de la citada institución.

Como dijimos, un grupo de jóvenes entuasiastas pasaron a formar parte de la directiva del Ateneo, entre ellos el que después sería un significativo político del Partido Socialista onubense: Carlos Navarrete Merino. En su afán por ir abriendo nuevos cauces de reflexión social, estos jóvenes propusieron la creación de una Cátedra de Investigación Social en nuestra provincia, con idea de conocer los sueldos de los trabajadores y avanzar en sus ideales de justicia social. Pero las circunstancias políticas aún no eran las mas propicias para tal proyecto, pues el Ateneo estaba siendo muy vigilado por la policía, y mi padre recibió personalmente la advertencia, desde el Gobierno Civil, de que si continuaban con “ciertas actividades” iría a la cárcel. Oí conversaciones sobre este asunto entre mis padres; mi madre estaba aterrada, pues tenían 7 hijos que poner en marcha. Tal vez no era el mejor momento para tener aventuras inciertas y mi padre fue consciente, mas que nunca entonces, de que lo suyo era la creación intelectual –en la que ya estaba embarcado desde que comenzó con su actividad articulista en 1963- y no la política.

Desconozco en qué fecha exacta se disolvió el Ateneo. Mi padre siempre me dijo que estuvo en él durante dos años, aproximadamente. No obstante, su experiencia allí la vivió como muy grata, y su amistad con tantos compañeros de aquella aventura siempre fue para él un recuerdo muy agradable. Eduardo y José Fernández Contioso, Francisco Sánchez, Juan de Mata Rodrigo, Juan Manuel Seisdedos, Carlos Navarrete y, por supuesto, su siempre admirado D. Francisco Vázquez Limón quedaron prendidos en su discurso cuando recordaba aquellos años inquietantes, pero también ilusionantes de la política y la cultura onubense y española.

Después, mi padre siguió escribiendo, silenciosamente, sus ensayos y mandando sus artículos a la prensa onubense; primero a Odiel y más tarde, desde su creación en 1984, a Huelva Información, que puntualmente y con gran amabilidad acogió sus artículos hasta su muerte en 1993. Desde estas líneas quiero agradecer, de todo corazón, a esta cabecera la consideración y el respeto que siempre ha mostrado por su obra y por su memoria. También espero haber aclarado, en algo, con este testimonio, la reciente historia de los Ateneos de Huelva, porque como dijo Cicerón...”la vida de los muertos consiste en la memoria de los vivos”.

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