Claro que merecíamos algo mejor

21 de enero 2025 - 03:06

Durante un tiempo nos hicieron creer que no, que la suerte estaba echada y que, pese a haber estado en la pomada, ni luchar por subir nos correspondía; que si esta afición y este equipo pululaban como alma en pena por Tercera o Cuarta, al ser imposible pelear contra ‘grandes’ (¿qué grandes?) y porque “así lo reflejaba la historia” –sin mil matices que lo aclaran está feísimo decir eso desde dentro-, era lo que tocaba y punto. Y no, claro que no; si hasta con la muerte en los talones se demostró que a bemoles y orgullo no nos ganaba nadie, ¿por qué no podía suceder lo mismo ahora a pesar de que la sombra del ciprés ‘matritensis’ siempre fue alargada?

Seguro que alguna vez han sufrido en su trabajo al típico compañero pelotilla con cara de lechuguino que, por un mísero platito de -podridas- lentejas se vende al jefe y se cree Superman pero, cuando llega medianoche, el Ceniciento ya no puede esconder su esqueleto de pobre ‘esmirriao’ y se ve cómo se va a dar un trompazo contra la realidad. Por el camino, eso sí, y porque no sirve para otra cosa, a su más inmediata compañía aburre sin piedad. Yo no sé si algo así ha pasado estos meses a gran parte del recreativismo (la asistencia al estadio parece que lo confirma) viendo cómo nos pisoteaban los árbitros y no se hacía nada, cómo nos eliminaba de Copa un 2ª RFEF y no pasaba nada, cómo nos hundíamos en la tabla y no pasaba nada, cómo un jugador deja por mentiroso al Decano y no pasa nada… No, oiga, ése nunca ha sido mi Recre, al menos, el Recre del que más orgulloso me sentí y que nunca tuvo que ver con la división en la que estaba, con pases de tacón o goles por la escuadra. Para mí el mejor Recre es el que, si va a morir, muere matando, si le pisotean, rompe la suela de ese puñetero zapato opresor, que pasa del fútbol de mentira y de la autocompasión a crecerse a lo “a mí el pelotón, que los arrollo” como ya hizo muchas veces, al que pasa de avinagrados y tipos con mal fario y pone picas en Flandes y donde haga falta. Uno compara el partido ante el Castilla y lo de este último domingo y parece dos deportes distintos… y con los mismos jugadores, caramba. Camará nos ha estado engañando y hasta se viste de Fernando Redondo; esperemos que otros también nos hayan estado confundiendo de forma similar. Quizás el jefe de la banda haya prendido esa chispita que decíamos y logre que al fin arda todo. Ojalá. Por cierto, Fernando Torres ha hablado con más cariño del Decano en un minuto que muchos de esta tierra en décadas: que se lo hagan mirar. Eso es gasolina para nuestro bendito y esperado incendio. Y que los árboles no nos tapen el bosque: esto aún está en chino pero o se apunta arriba -con cordura- o los desabridos terminan contagiando, y eso sí que no. Aunque digan que no se puede siempre se puede un poco más; y, si no, se hace un ‘podé’.

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