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El director general del Banco de España Óscar Arce comentaba en una reciente intervención sobre las pensiones que "España es un país de pensionistas con pisos muy grandes y pensiones muy pequeñas". Animaba a las entidades financieras a innovar en productos que ayuden a los mayores a transformar su riqueza inmobiliaria, su casa, en liquidez y capacidad de consumo, sin perder su disfrute y propiedad. Comentaba que "hay margen para avanzar en el desarrollo de productos como la hipoteca inversa".
La hipoteca inversa es un préstamo hipotecario dirigido a personas mayores 65 años que sean propietarios de una vivienda ya pagada. El pensionista recibe del banco una cantidad de dinero a cambio de la garantía hipotecaria de su casa, que continúa utilizándola y siendo de su propiedad hasta su fallecimiento. La cantidad de dinero recibida dependerá del valor de tasación de la vivienda y de la edad. El dinero se puede recibir en forma de renta mensual, de una sola vez, o una cantidad inicial y el resto en rentas mensuales. El importe total suele estar entre 25% y el 45% del valor de tasación de la propiedad inmobiliaria. No se pagan mensualidades. El capital y los intereses se van acumulando hasta el fallecimiento de los solicitantes, que es cuando se liquida la deuda. La entidad financiera no puede exigir la devolución de la deuda acumulada hasta que no fallezcan sus titulares. Por el contrario, estos pueden liquidar la deuda en el momento que lo deseen. Es importante advertir que la cantidad inicial y las rentas mensuales percibidas no tributan en el IRPF. De esta manera los mayores han podido seguir disfrutando de su vivienda, sin pagar capital ni intereses, percibiendo una renta que ha completado su pensión para vivir dignamente.
Tras su fallecimiento son los herederos a quienes corresponde tanto la propiedad de la vivienda como la deuda. Tienen las siguientes alternativas: quedarse con la vivienda liquidando la deuda con sus propios recursos o constituyendo una nueva hipoteca, o vender la vivienda y con su importe liquidar la deuda.
La hipoteca inversa ha sido muy poco promocionada por los bancos y demandada por los pensionistas. A los bancos no les atrae. Temen que al fallecimiento tengan que quedarse con la vivienda si los herederos no quieren o no pueden cancelar la deuda. Los bancos tienen todavía sus balances llenos de fallidos. Por otra parte, es un producto socialmente sensible y tienen pánico a los tribunales tras las últimas sentencias. Hasta ahora la demanda de este producto ha sido muy escasa por razones culturales y el tipo de interés alto. No obstante, el escenario puede cambiar ante la favorable coyuntura inmobiliaria, el escaso volumen de negocio crediticio de la banca, su baja rentabilidad y la incertidumbre ante el futuro de las pensiones. Hay que tener en cuenta que en España el 76,7% de las familias tienen su vivienda en propiedad. Es el ahorro de toda su vida que ahora pueden convertirlo en complemento de su pensión. Recientemente entidades como Bankinter, la consultora Óptima y otras entidades financieras están aumentando su oferta de financiación a la tercera edad con este tipo de productos.
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