Conquero y Silvera, no están

Hay dos toreros choqueros ausentes de la feria. Ya lo he dicho antes y vuelvo a reiterarme en lo que pienso y lo que pienso es que ambos podían haber estado; o al menos uno de ellos debía haber estado. En esta feria Alejandro Conquero y Emilio Silvera no sobraban. Cada uno con sus argumentos incluso debieran haber convencido. Pero no; no están.

Y no es que la feria peque de poco onubense; en absoluto; más bien todo lo contrario y ahí están los nombres de dos novilleros llegando a su debut en una plaza que les acogió como becerristas; ahí está Andrés Romero anunciado, varios ganaderos de la tierra llegando con sus erales, Pereda con sus utreros, algún que otro nombre en la novillada sin caballos y David de Miranda aceptando el envite de esos seis toros que le propuso su apoderado.

No es un solo matiz el que deja sin poder de negociación a estos toreros recién alternativados. El razonamiento que les voy a hacer no es ni siquiera romántico, nostálgico o facilón del pedir por pedir un torero de la tierra. En absoluto.

El argumento es ese nulo equilibrio que se produce cuando hay que negociar con ‘los principales ‘ la presencia de toreros locales en cualquier cartel. Sea Huelva o Jabalquinto.

No es solo el problema empresarial del te pongo o no te pongo aunque en último lugar quien ejecuta es el empresario.

Pero por delante de todo ello hay que entender y estar al lado de quienes poco tienen y al menos en su tierra piden porque tienen ese significado derecho: pedir en su casa. Pedir lo que sea, no mendigar. Levantar la voz y pedir estar en su feria.

Silvera y Conquero no tienen por qué hacer los números del por qué ellos no cuadran en esta feria. Y llegados a este caso nadie tiene derecho a exigirle curriculum. No, no. No me vengan con esas del “¿cuantas más han toreado? Han toreado las que han podido: pocas. Por eso quieren torear y por eso piden torear. Que carajo. ¿Estamos tontos o que?

Espero que tampoco salga nadie con la frasecita de “la plaza está ahí, no se la van a llevar? No es cuestión de esperar. ¡Por si acaso!

La última. Espero sobretodo que si bajo cualquier repajolera oportunidad alguno o los dos consumaran paseíllo, ese día nadie les falle en el tendido. ¿Estamos?.