“Diario de un diario...”

He escrito en esta columna en diversas ocasiones sobre los libros de Alberto Casas desde que lo hiciera con ocasión de la publicación en 1990 de “Miguel de Cervantes: La ciencia de los marineros y el arte de navegar”, que, además de mostrarnos su talento como escritor y su dominio de la expresión, revelaba su experiencia profesional del mundo marino y sus conocimientos en el ámbito apasionante de la navegación. Ya había publicado en 1998 “El naufragio de la nao Santa María: ¿Un fraude de la Historia?”. Lo haría después con sus impagables e ingeniosas “Chronicas Mostycensis” (2009), “Don Quijote, parada y fonda” (2015), “Don Quijote, el último caballero andante” (2016) – fecundas consecuencias de su intensa dedicación al texto universal y a su autor, de quien Alberto es un buen conocedor - y “Los motes de Huelva” (2019), que tuve el honor de bautizar, titular, prologar y presentar por gentileza y amistad de muchos años con el autor. Es ésta una apasionante publicación, escribía yo entonces, que constituye una espléndida y colosal antología del mote que, por lo que se refiere a Huelva, desborda por la inmensa referencia a personajes, lugares, sucesos, aconteceres, hitos y otros acontecimientos que recorren su historia.

Alberto Casas, que nació en La Coruña pero ha vivido la mayor parte de su vida en Huelva y es un choquero de abolengo indiscutible, realizó estudios de Náutica en Cádiz y en su ciudad natal, navegando como Agregado, Piloto y Capitán en buques d distintas Compañías y en congeladores en aguas de Terranova, África del Sur y Mozambique, sufriendo un naufragio el 9 de diciembre de 1954, finalizando su vida como navegante en 1993, de Capitán en las dragas del Puerto de Huelva, sin abandonar su vocación literaria desde muy joven. Es miembro de la Orden de Caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista.

De su sabiduría y experiencia náutica es una magnífica prueba este nuevo libro de Alberto Casas, “Diario de un diario de Navegación”, publicado por editorial Niebla. En tan documentada publicación el autor despliega sus sólidos conocimientos en el fascinante mundo de la marinería, la ciencia y el arte de surcar los mares y océanos. Con las referencias más ilustres en el ámbito marítimo, sus fundamentos técnicos, científicos, legales y administrativos, Alberto prueba también a lo largo de tan amenas páginas – yo diría que de imprescindible lectura para cuantos frecuentan y ejercitan la actividad náutica – el fruto fecundo de sus profundas y continuas investigaciones en la materia y sus amplios conocimientos geográficos e históricos. Y es notable, y hace más apasionante su relato y la jugosa fluidez de su narrativa e ingenio, la mención oportuna y de clarividente expresión ilustrativa de lugares, acontecimientos, vivencias personales y anécdotas que hacen de la lectura de este singular y original “diario de navegación” un gozo impagable, incluso para quienes poco o nada sabemos del arte de navegar.