Manuel Gómez Marín

LA ESTIMA DE LA CANTERA ENTRE LA IMPOSICIÓN Y LA EXIGENCIA MORAL

Tribuna

04 de agosto 2024 - 03:07

El efecto llamada de la incorporación de canteranos al primer equipo, en las mayoría de los casos, se produce por las fases de poca liquidez, o bien, por la ruina económica. Mirar para abajo como alternativa y propósito emocional hacia la afición. Un vínculo de deber, responsabilidad y compromiso entre la imposición y la exigencia moral. Y recuerdo que en el Recreativo tuvo su razón en la etapa de José Antonio Muñoz Lozano (1979-1984) que siendo un amante del fútbol base rompió sus esquemas siendo presidente, tras el descenso de Primera, queriendo hacer un equipo de impacto con el francés Marcel Domingo de técnico y figuras como Baumgartner, Juanjo, Macizo, Aitor Aguirre, Valdés... para volver a la élite.

El fracaso deportivo y económico le hizo recapacitar y con Jesús Aranguren de entrenador (1981-1984) la plantilla disfrutó hasta de 16 jugadores onubenses. Y es que mejoraba el contrato del vasco por su predisposición de incluir canteranos. Y otra agonía económica se produjo con Manolo Villanova en el banquillo (1992-1996) que sumó 14 onubenses en Segunda B. Y Joaquín Caparrós tuvo un máximo de 8 en la plantilla con ascenso incluido a Segunda.

Y lo más significativo y valioso es que salían jugadores sin instalaciones adecuadas, sin preparadores físicos ni de porteros en campos de tierra prestados como Los Hermanos Maristas y el Psiquiátrico, que un rato antes de los partidos un empleado del Decano iba con su carretilla llena de arena tapando agujeros. Además de soportar la presión de los “enterados” padres con prisas, poca paciencia y forofos sin aceptar las limitaciones de sus hijos. Ahora el Recreativo recupera la estima, así tras los retornos de Rubén Gálvez, Antonio Domínguez y Caye Quintana se une un crecido Rubén Serrano y surgen los brotes de Paolo Romero y Davinchi, y detrás espera un grupo esperanzado. Ilusión, aprendizaje y trabajo distribuidos entre formación y educación.

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