¡Íñigo, por favor!

Nadie dijo que iba a ser fácil pero prometo que imaginaba que el camino tampoco estaría sembrado de tantos ratos de tedio. Gran parte de Ibiza, el papel en Alcorcón, la primera mitad frente al Villarreal o la inmensa mayoría del duelo en Algeciras asisten a los que decían que, para esto, mejor no haber cambiado nada. Yo a ellos, aunque les comprendo, no les puedo dar la razón -el equipo venía cayéndose desde enero del 24-. Además del cambio de timón siempre me fijaba más en la delantera que en la trasera para posibles refuerzos y por eso no entendí que no llegara ni un mísero fichaje para arriba pero, como dice aquel, de esto sé lo justito, si es que siquiera llego a eso.

En mi cabeza aún se piensa que Soto o Nico, dos jugadores algo diferentes (sin ser ninguno Maradona o Cazorla, lo sé) deberían estar muchísimos más minutos sobre el césped que los residuales de algunos partidos en los que vamos a tumba abierta. También que encasillarnos en el sistema justo ahora, con los problemas de lesiones en los carriles, es un lastre y que lo de Zelu por ahí no le hace bien ni al equipo ni al propio jugador. También pienso, desde hace tiempo, que hasta que no se vaya el gafe (¿se va a ir? ¿Del todo?), ni pagando a diez ‘negreiras’ saldríamos de ésta. Y, por cierto, ¿recuerdan la cantinela del año pasado cuando lo del presupuesto, las exigencias, es que peleamos contra monstruos, no pasa nada si no llegamos, etc.? ¿Han visto lo de este año -y lo de estos años- del Mirandés? ¿Acaso se sienta en la mesa de potencial de los más ‘gordos’ de Segunda? ¿Goza de trillones de abonados? ¿Es Anduva un infierno griego? Y… ¿han visto nuestro presupuesto y dónde estamos desde el primer día este curso? Pues eso.

Y una cosa más: sé que mantenerse noventa y tantos minutos al límite de la presión y -hasta casi de la locura- es inviable, pero a mí no se me ocurre otra forma para poder igualar a los rivales y ser competitivos que ésa. Con lo de la conjura común ya me rindo y saco bandera blanca, porque parece que se ve que aún no hace falta; ajá. Aquí no vamos a ponernos a correr por la orilla rompiéndonos la camisa como el ya célebre concursante de ese show televisivo ‘tan educativo’ para pedir nada, pero sea como fuere, revive esto, Íñigo, por favor; ¡por favor!; revívenos ya, que ha comenzado la cuenta atrás