Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
últimamente no brilla tanto. Mejor dicho, no tiene tantos focos encima, pero su trabajo no deja de ser impresionante día tras día y partido tras partido. Para mí es el más regular desde que empezó esta dificilísima temporada. Con cada carrerón que se pega cuando los partidos están despidiéndose, después de haber estado noventa y tantos minutos yendo al límite (porque va al límite en cada acción), se me escapa siempre la misma expresión: “Lo de este chaval es tremendo; pero tremendo de verdad”. No lo puedo remediar.
David del Pozo Guillén, aka Del Pozo, ese hombre que puede defender junto a un banderín intentando evitar un córner y, tras un parpadeo, te lo puedes encontrar rematando desde la frontal del área rival después de una jugada individual en la que ha dejado atrás hasta a Michael Johnson, nació en medio de aquella liguilla de ascenso y de aquel episodio de Soria que tanto nos marcó a muchos de nosotros y que supuso un punto de inflexión vital para nuestro infinito recreativismo. Veintisiete añitos tiene este mediocentro o ‘box to box’, como se le dice ahora a lo que siempre se conoció como un centrocampista de los pies a la cabeza, un jugadorazo o un ‘pelotero’ de narices, vaya. Es lógico hacerse la pregunta de que cómo es que no lleva ya unos cuántos años seguidos en el llamado fútbol profesional. Seguro que él también se lo ha preguntado mil veces, pero eso tiene truco, estimado getafense: aún no has vuelto ahí porque el destino te tenía preparado recalar en el pionero, cosa de la que, cuando cuelgues las botas, vas a presumir tanto como cuando vuelvas a disputar esa división superior que te mereces; estoy seguro.
Sé que se nos puede escapar en enero y se entendería pero también creo que, si nos enganchamos ahí arriba en estos dos partidos que aún nos quedan de 2024 y decide seguir con nosotros, el Recre pivotará sobre él para tratar de conseguir lo que todos deseamos, que no es sino sacarnos de este pozo que, a veces, no nos parece lo que en realidad es porque hemos estado tan hundidos que casi necesitábamos este poquito de aire para respirar después de haber salido de las más oscuras profundidades. Pero no, esto sigue siendo un pozo impropio de la historia del Decano, de su fiel afición y de todo lo que conlleva este escudo… E impropio de don David Del Pozo Guillén, claro, que se merece vivir un playoff (y un ascenso) con el Decano, que es como vivirlo a una escala superior. Asaltemos Valdebebas otra vez y luego… luego ya veremos…
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