Por fin, propuestas razonables en vivienda...

Tribuna Económica

17 de febrero 2025 - 03:07

En diciembre pasado el CIS arrojó un dato que era esperable, y no estamos hablando de sus expectativas electorales, que son tan predecibles como un reloj parado, que siempre marca la misma hora. El dato al que nos referimos es que según su Barómetro mensual la vivienda pasó a ser el problema más importante para los españoles, superando al desempleo y a la situación económica. Puesto de deshonor que sigue manteniendo en la actualidad.

Como la mayoría de los grandes problemas económicos, desde la inflación al déficit público, el cada vez más complicado acceso a la vivienda es una traba compartida con los restantes países desarrollados. Aunque, en nuestro país, se agrava por nuestra despreciable oferta de vivienda social, el mayor crecimiento relativo de la inmigración en los últimos años, la fuerte demanda habitacional de un sector turístico imparable, junto a la robusta demanda de segundas residencias de extranjeros, que en no pocas ocasiones acaban siendo la primera cuando se jubilan. Por ello, tampoco extraña que, según el Eurobarómetro, mientras la vivienda también aparece como el problema más grave para los españoles, para los europeos sólo sería el quinto, por detrás de la inflación, la inmigración, la situación económica y la sanidad.

Además, en este problema presenta un claro efecto bola de nieve, ya que va creciendo cada año en el que la oferta de nueva vivienda, en las zonas tensionadas, es inferior a la demanda por creación de nuevos hogares. Exceso de demanda que según Funcas exigiría la construcción de entre 600 000 y un 1 000 000 de viviendas más en nuestras mayores ciudades, precisamente donde más difícil resulta construirlas. Bola de nieve que arrolla especialmente a los más jóvenes, abriendo una nueva brecha social, esta vez entre las diferentes generaciones de españoles, en un país dónde no andamos escasos de trincheras políticas. De hecho, es más que probable, que, si los dos grandes partidos fracasan en ofrecer soluciones eficaces a este problema, o al menos creíbles, aumente el apoyo entre la juventud de los partidos insurgentes, en los extremos del espectro político, es decir, a la derecha y la izquierda del bipartidismo.

Esta espada de Damocles política, ya explicitada por el CIS, más que probablemente ha influido en que nuestros dos principales partidos asuman una postura más proactiva respecto a este problema. Y no es de extrañar, que pocas semanas después, tanto PSOE, primero, como PP, después, hayan presentado nuevas y más ambiciosas soluciones para un problema tan difícil de solventar a largo plazo, como prácticamente imposible a corto. En este sentido, frente a las medidas placebo de los últimos años, que sólo han servido para empeorar el problema al estimular la demanda o reducir la oferta (como el Bono joven, los controles de precios o los avales públicos), vemos como se ponen sobre la mesa medidas más razonables, que buscan reservar la escasa oferta de vivienda a corto plazo para la ciudadanía de la Unión o intentan favorecer un trasvase de la vivienda de uso turístico al alquiler de larga duración, mientras que, por el otro partido, se propone enfriar la demanda de compra de vivienda a corto plazo actualizando la vintage, pero efectiva, cuenta vivienda. En todo caso, debemos ser conscientes que todas estas medidas son sólo el necesario paracetamol a corto plazo, con el que ganar algo de tiempo para acometer una muy complicada y larga cirugía a largo plazo, que permita aumentar significativamente el stock de viviendas, especialmente las de alquiler social.

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