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Álvaro Robles Belbel
Pérdidas históricas del BCE a cierre de 2024
Pr oliferan tras los últimos acontecimientos los informes sobre los potenciales efectos sobre las economías y compañías europeas de un eventual alto al fuego en Ucrania, que vendrían de un abaratamiento de la energía, de los trabajos de reconstrucción de ese país y de la mejora del sentimiento de empresas y hogares. Ya se descuentan caídas sustanciales de los precios del gas natural y de la electricidad en los próximos años, con independencia de la evolución de la guerra y de las sanciones a Rusia, debido al fuerte crecimiento futuro de la oferta global de gas licuado. Por lo tanto, en todo caso, ese escenario solo aceleraría la convergencia del coste de la energía a su nivel de equilibrio a largo plazo.
Las necesidades de reconstrucción de Ucrania son enormes, estimadas por el Banco Mundial en cerca de medio billón de euros. Pero como el gasto se repartiría durante muchos años y entre multitud de compañías de la propia Ucrania, EEUU, Turquía, China y de la UE, solo supondría un pequeño impulso a los sectores constructor e industrial europeo. Otros sectores tangencialmente beneficiados serían el agroalimentario y el de consumo básico (por el abaratamiento de cereales, aceites y fertilizantes) y de transporte aéreo.
Así que los mayores efectos positivos de esa hipotética paz vendrían en nuestra opinión de una mejora de la confianza de las empresas y hogares que pudiera relanzar la inversión, contratación y consumo, sobre todo en el este y norte de Europa. Por esto, en lugar de sectores o valores concretos, que ya en parte anticipan este escenario, recomendaríamos en todo caso invertir de forma diversificada en las bolsas europeas.
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