Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
C op 29, una visión optimista
Recuerda cuántas veces se ha admirado a esas aficiones que presumen de ser inimitables porque, en los peores momentos, ahí estaban ellas para apoyar más si cabía a sus equipos? ¿Recuerda cuántas veces ha visto caer litros y litros de baba del semblante de seres cercanos fascinados por esa fidelidad tan asombrosa y, según señalaban, imposible de igualar que convertían a aquellas entidades y seguidores realmente ‘especiales’ de verdad? ¿Recuerda cuántas veces se ha escuchado eso de “¡Igualito que aquí!”? Pues desde hace mucho tiempo esa ironía ya no le sirve a nadie: exactamente tal cual, sí: es igualito que aquí.
Por obra y gracia de quien aún se sigue creyendo una mezcla de Abramovich y Jorge Mendes desaparecimos, hace casi una década y tras la época más gloriosa del Decano, del llamado fútbol profesional y, desde la bomba de aquel ‘último partido’ ante el filial granadino aquí la peña no ha hecho más que volcarse con su Recre hasta de manera inconsciente no pocas veces. Ni los embargos, ni el doble descenso, ni la puñetera pandemia, ni los palos de aquel ‘casi’ con Salmerón ni el triste final del curso pasado han hecho mella en el número de abonados, al contrario; las cifras no engañan y saben de sobra que, analizándolas en proporción respecto a otras capitales y provincias que superan a Huelva (muy mucho) en población, e incluso con escuadras en más altas categorías, los índices demuestran que lo de los recreativistas en esta última década es de altar perpetuo con el mérito añadido que supone todo lo vivido paralelamente a lo deportivo, que da para serie de terror.
Haber rebasado (otra vez) los 13.000 abonados en la tercera división del fútbol español y la lección de fidelidad que se ofrece periódicamente es una locura que, sinceramente, vemos ya tan normal que nos penaliza porque creo que no la vendemos como se merece. Vivir en el filo ha creado un tesoro base irreductible que va a ser más importante de lo que parece para lo que está por venir. Y yo entiendo todos los condicionantes, la soga económica y lo de Casper, pero estos 13.000 y los que llegarán se merecen otro pequeño-gran milagrito. Del estilo al de hace un par de cursos… Que la escalada comience en Sevilla, que dicen que tiene un color especial, ¿no? Pues que este sábado, ese color sea el nuestro, el del pionero.
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