Por un alto el fuego en España, como en el Líbano
Tardelli, calienta, que sales
Si hubiera entrado esa de Caye cuando el partido languidecía en El Maulí con poco que saliera algo bien este sábado me veía al personal cantando aquello de “Te vengo a ver ascender”, la banda sonora que nos acompañó en el último ascenso y que dejó estampas inolvidables en esa marea albiazul, en el duelo decisivo ante el Cacereño y en el ya inolvidable festejo posterior. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. El cántico se nos metió por los oídos aquel frío y lluvioso día en La Albuera y yo no sé a ustedes, pero a mí aún me sigue dando vueltas por la cabeza. Hay demasiadas ganas de volver a cantarlo. No sé si habrá milagro que nos haga entonarlo pronto; hay quien me asegura que sí: ya saben, todos tenemos a alguien cercano que, en medio de una tragedia, te saca hasta la mejor sonrisa. Y que nunca falte.
Las cabezas, imagino, también las tenemos todos mitad en el césped mitad en lo de los despachos. Justo antes de que estallara aquello del ‘último partido’ ante el Granada B, mensaje que encendió la mecha para toda la locura que vino después, algunos hablábamos de que cuando fuéramos capaces de escaparnos de esas garras que nunca debieron aterrizar en el Decano –de quien ni vino ni actuó solo, que siempre hay que recordarlo- lo tomaríamos mejor que un ascenso y que nos volveríamos locos, ‘a lo Tardelli’, ese esperado día, imitando esa celebración tan icónica que pone los pelos de punta incluso décadas después. Aquí sabemos todos contra quién se juega y hasta que no esté muy lejos de aquí –se lleve luego lo que se lleve- no vamos a respirar tranquilos pero, por si acaso, Tardelli, calienta, que sales.
En enero, con el equipo como un cohete y un ambiente que daba gloria todo se torció por la dichosa noticia; el destino debería hacernos un guiño y provocar un rebote con las últimas novedades confirmadas desde el ayuntamiento ¿verdad? De momento, el único rebote grande ha sido el del larguerazo de Caye Quintana del que hablábamos al principio. Eso sí: ¿saben esos partidos de los que se dice que hay que ganar por lo civil o por lo incivil? Pues el próximo es uno de ellos. Con superioridad o sin ella, con la épica de los dos últimos duelos en casa o de puñetera suerte y aburrimiento general, pero de este sábado y de este diciembre hay que salir con el pecho hinchado de orgullo. Y, quién sabe, si, de ser así, al fin en 2025 vuelve a sonar esa canción… ¿Se lo imaginan?
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