Aprobar en patrimonio

La semana pasada me invitaron a una ruta por el patrimonio histórico de Huelva ciudad.

04 de junio 2024 - 12:17

Huelva/La semana pasada me invitaron a una ruta por el patrimonio histórico de Huelva ciudad. Primera parada en San Pedro, para entender que donde vemos una iglesia, en tiempos fue el centro civil y religioso de Huelva, y que además de misas se realizaban las reuniones del concejo, y de ahí que a su vera se ubicara el castillo de los Duques de Medina Sidonia y Condes de Niebla. Allí mismo nacería en 1613 Luisa Francisca de Guzmán de Sandoval, bautizada en San Pedro, y que por nupcias se convirtió en reina de Portugal. Casi nada. Desplazándonos unos pocos metros, nos acercamos al lugar que fuera residencia de los Garrocho, de quienes guardamos escasos recuerdos, familia onubense que estuvo al mando y regiduría de, entre otros, importantes contingentes marinos en la armada de Felipe II. Al Almirante Garrocho le queda una calle con poco tránsito y un garaje que en lugar del escudo de armas exhibe la lápida funeraria de la familia. Paradojas de la historiografía.

Después bajamos hacia la casa de Mora Claros, político ilustre, pues fue alcalde, presidente de la diputación y diputado en cortes. Posteriormente tocó parada en la Iglesia de la Concepción, que marca el desplazamiento del centro vital de la ciudad de la parte alta a la baja, más próxima al puerto. De ahí a la calle Palacio, para detenernos frente al escudo de los Medina Sidonia, único vestigio de donde se ubicó su palacio tras abandonar el cabezo de San Pedro para tener un hueco en el nuevo centro neurálgico de la ciudad.

El recorrido continuó por el edificio del Ayuntamiento, por los retos de la antigua sede de Hacienda, por la Casa Colón… para visualizarla como el hotel que acogió a personas de reconocido prestigio, incluyendo a la familia real española durante la efeméride del cuarto centenario del primer viaje colombino, o la propia fundación del Huelva Recreation Club. Y una penúltima parada en Berdigón14, no para un refrigerio sino para contemplar la estampa de la que posiblemente sea la edificación más antigua que conserva la ciudad, del siglo XV. Y cerramos en la Plaza de las Monjas, espacio de reunión popular fruto del devenir histórico.

Toda esta visita la organizó mi compañera Encarni, historiadora, en formato de gincana, o yincana, o, ya fuera de la RAE, gymcana o gymkhana, para alumnado de 4º de ESO. Y junto a lo visible y desconocido, a lo escondido, olvidado o, directamente, tapado, descubrí que en cuestión de patrimonio seguimos teniendo, también, una asignatura pendiente y necesaria.

stats