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Opinión
EL onubense barrio torero de San Sebastián y sus plazas y calles adyacentes, plaza de San Pedro y plaza de la Soledad, calle Jesús de la Pasión, calle Garcí Díaz, calle Montrocal, calle San Andrés, La Joya y la antigua calle del Matadero, hoy calle Plácido Bañuelos, ha sido la cuna de la tauromaquia en Huelva durante toda la vida, destacando principalmente las décadas que comprenden los años 30, 40, 50 y 60.
En este pinturero barrio existían una serie de bares y tabernas típicas andaluzas en las que se reunían el público y aficionados con los toreros, banderilleros, picadores, mozos de espadas y demás hombres del toro, que vivían en ésta y otras zonas de Huelva.
En La Parra Chica, La Parra Grande, la Tertulia Manolito El Litri, La Jangarilla, Casa Joseli, El Altillo, El Salao, Bar San Sebastián, Casa Márquez, Sobrino del Salao, el Paraguas, Bodegón el "Litri" y Casa Honorio, que llegaba hasta el final de la calle San Sebastián, donde se ubicaba el antiguo Cementerio de Huelva, se reunían las figuras del momento, los críticos taurinos, admiradores y seguidores de la fiesta en torno a veladores, copas de vino y cantes de nuestra tierra.
Allí se citaban grandes figuras del momento tales como la dinastía de los Litri, formada por el Mequi, Miguel Báez Quintero Litri I, José Báez Quintero Litri II, Manolito Báez Litri, hijo de Miguel, y su mozo de espadas El Salao, Miguel Báez Espuny Litri y Miguel Báez Espínola Litri. Además de esta dinastía también nacieron y se criaron los siguientes toreros: Simón Quintero El Trono, Gumersindo Sala Limón, Manolo Álvarez, José Cumbreras Pinete, Pepe Gallardo, Alejandro Arnó El Venezolano, Juan Medel El Lobo, Hilario Navarro Hurtado y su hermano Manuel Navarro Hurtado, Eduardo Pérez Ceballo Bogotá, Pedro Quintero Macías El Gallero, Jesús Abril, Pedro Domínguez Villegas Sochantre, El Tío Pimo, conocido como El Duendecillo Torero, Manuel Díaz Velita, hijo del célebre banderillero del mismo nombre, Francisco Cartes Díaz El Galapaguito, José García El Caramelo, los hermanos Riquelme, Juan y Manolo y Lázaro Gallego El Nini. Junto a éstos también destacamos a los picadores José Ortiz Changüe, Antonio Boa Romero, El Charpa, El Moño y Camilo El Tremendo, constituyendo la constelación dorada de lanceros (actualmente llamados picadores o varilargueros).
Por lo tanto, se demuestra que en el típico Barrio de San Sebastián existió la época más gloriosa del toreo onubense hasta nuestros días y que precisamente en estos días previos a su festividad merece la pena recordar.
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