Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Este 2024 viene con excelentes noticias para Huelva: el calendario avanza y quedan ya sólo 26 años para que el AVE llegue a la provincia. Uno menos para alcanzar 2050. Hay que felicitar a nuestros hijos porque ellos podrán ver atendida una de las grandes necesidades de esta tierra. Verán el fruto de nuestras demandas de tanto tiempo, y podrán también compartirlo con sus hijos, nuestros nietos. Quien suscribe rondará los 80 y espera tener salud para estrenarlo, por qué no. Y que muchos de esta generación, que avanza entre el abandono en este rincón peninsular, vean también que se hace realidad un viejo anhelo de los onubenses. Con suerte, para entonces, igual toca aquí estrenar una nueva tecnología ferroviaria y somos de nuevo pioneros en algo. Ese 2050 está ya a la vuelta de la esquina, y 26 años no son nada, porque aunque no lo parezca pueden dar para mucho en la ciencia, que avanza a pasos enormes sin darnos cuenta.
Seguramente al final haya que agradecer a la Unión Europea, con el Gobierno de España actual a la cabeza, por sus previsiones de futuro y evitar que la alta velocidad ferroviaria pudiera llegar ya obsoleta a Huelva por el transporte que imperará en 2050. Como quien duda ahora entre seguir con un motor de combustión en su coche, apostar por el eléctrico o esperar al hidrógeno verde y sus derivados. Quizá los coches voladores –también el transporte colectivo de larga distancia vuele entre rascacielos como avanzaba Blade Runner y ese gran autor de ciencia ficción que era Philip K. Dick. Todo son conjeturas ahora, en cualquier caso.
Lo seguro, ahora mismo, a 7 de enero de 2024, es que faltan 26 años para que Huelva tenga trenes AVE llegando a su nueva (de 2018) estación de alta velocidad en el Ensanche Sur. El año 2050 asoma en el horizonte para que así sea, porque es así como está contemplado en la Red Transeuropea de Transporte que se ha aprobado provisionalmente por la Comisión y el Parlamento europeos, con las aportaciones de los estados miembros, y que tomará forma definitiva en el Boletín Oficial de la Unión Europea este primer trimestre. Huelva está en el Corredor Atlántico pero así se establece para el transporte de pasajeros en alta velocidad ferroviaria.
Huelva debe estar de enhorabuena. Eso deben creer en el Gobierno de España y en los grandes estamentos de Bruselas. Se le incluye en el corredor, en la red de transportes y con fecha máxima de ejecución. Visto así, no les falta razón. Y a fin de cuentas, 26 años de espera son menos que los 32 años que ya se acumulan, desde que en 1992 el AVE llegara a Sevilla y se quedara a 90 kilómetros; tan escasa distancia como para que, más que la sociedad civil lo demandara, cargos públicos y políticos de todos los signos lo hayan prometido desde entonces. Lo dicho: más que una aspiración, en principio, una promesa electoral recurrente, que con los años ha terminado por convertirse en una necesidad fundamental, por el estado de la conexión actual, el desfase comparativo con el resto de España y el hartazgo de ser engañados continuamente tras compromisos, incompetencia e inacción políticas.
Huelva Información ya adelantó antes de Navidad el plan recogido en ese documento provisional de la UE que posterga la llegada de los trenes de alta velocidad a Huelva hasta 2050. Y en esa red de transportes tampoco se prevé una conexión de alta capacidad entre Huelva y Extremadura, la A-83, autovía que debe resultar del desdoble de la carretera N-435, una de las que más tráfico diario soporta, por vertebrar la provincia de norte a sur, y que está muriendo ya por inanición, como la vecindad de esta provincia con Badajoz, que tiene más asequible y segura, aunque con más kilómetros de distancia, la conexión por autovía con la también vecina Sevilla. Una forma muy gráfica de arrinconar a Huelva, un poco más, en el mapa.
Es verdad que sí se recoge, como parte del Corredor Atlántico, la línea de mercancías entre Huelva y Sevilla en el horizonte más inmediato, de 2030. Pero discurrirá por el mismo trazado actual, tan condicionado en velocidad, seguridad y prestaciones, por ser vía única y tener una sinuosidad antes del Aljarafe sevillano impropia de trenes de este siglo. Quedan ya seis años para ese límite y sigue sin haber noticias de la adaptación de la línea a los requisitos de la red transeuropea.
El catedrático Juan José García del Hoyo, ex presidente del Consejo Económico y Social de la provincia de Huelva, ha recopilado los datos sobre la expansión de la alta velocidad ferroviaria solamente en España, teniendo en cuenta estas previsiones de la UE. Sólo hay 14 capitales a las que no llega en todo el país. Ocho de ellas tienen sus nuevos trazados en construcción y es inminente su puesta en marcha, o lo harán antes de 2030, con sólo seis años por delante como plazo máximo.
Otras cinco tendrán que esperar al menos hasta 2050, como es el caso de Huelva, junto a Santander, Logroño y Cádiz, más Jaén, que en este caso deberá esperar un poco más. De este selecto grupo, sólo Santander, Cádiz y Huelva son provincias costeras, aunque en ambos casos cuentan con aeropuerto, que sigue resistiéndose para la onubense, sin planes de futuro, por más que haya un proyecto de 100% capital privado, sin coste público, y con todo a favor para su viabilidad económica y social.
A esto se le puede sumar, entre los motivos para la perplejidad, la condición fronteriza de Huelva, con Portugal, que debería incrementar la importancia de su conexión con la vecina región sur del Algarve luso en la Red Transeuropea de Transportes. Pero también la extraordinaria relevancia del Puerto de Huelva en el sistema portuario para los sectores energético y logístico de España y Europa, con una previsión de crecimiento espectacular por los multimillonarios proyectos de hidrógeno verde, metanol verde y economía circular que se van a desarrollar aquí hasta 2030. Ni hablar ya del potencial turístico, de la agricultura o de la ciencia a través del CEUS, que tiene proyección europea y mundial también para el sector aeronáutico.
Argumentos sobran. De ahí que la incomprensión, la desolación y la indignación abunde en esta provincia de Huelva. Incluso la ironía, porque al final va a ser verdad que los onubenses debemos alegrarnos de saber que el AVE va a llegar seguro en 2050. Como si no se le hubieran puesto ya fechas varias desde 1992. ¿Esperamos a ver qué ocurre tras estos 26 años que hay por delante? ¿O hacemos algo? Son la preguntas que algunos ya se hacen. La respuesta está en la calle.
También te puede interesar
Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
El Malacate
Javier Ronchel
¿Y si este año viajamos a Huelva?
El catalejo
Sin más detalles
La esquina
José Aguilar
Un fiscal bajo sospecha
Lo último