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HACE unos días quedó inaugurada la carretera de Malpica. Seguro que muchos onubenses no saben dónde está lo que en su día fue un cortafuegos. Es una de esas obras que no se sabe muy bien para qué se han gastado dinero público. Es una zona por la que pasan ciclistas y algún que otro dominguero camino de las zonas de barbacoas situadas en el término municipal de Cartaya. No pasa nadie más. No se puede asegurar que esta infraestructura despejará la autovía Huelva-Punta los fines de semana de verano. Tampoco se puede decir que nos dejará en la costa antes y con aparcamiento incluido. Ir a Malpica es tener que ir allí. Nadie toma la carretera de Malpica para dar una vuelta, salvo aquéllos que utilizan la zona para pasar un día de campo. La cuestión es conocer el motivo real por el que se han gastado dinero en esa vía. ¿Tendremos que ver cómo se cortan más pinos protegidos en nombre del turismo sostenible?
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