Desde la Ría
José María Segovia
La última hoja
Tribuna de Opinión
En 2023 se han cumplido 10 años de existencia de la Casa Paco Girón, afortunado aniversario teniendo en cuenta que en octubre de este año Paco Girón hubiera cumplido 100 años.
La Casa Paco Girón es hoy por hoy una realidad en marcha que ha atendido 249 solicitudes y que ha dado una respuesta integral a 88 jóvenes en riesgo de exclusión social. A lo largo de estos 10 años hemos podido acoger y acompañar hacia la autonomía, durante una media de 18 a 24 meses, a distintos rostros o perfiles que encarnan actualmente en nuestra sociedad la vulnerabilidad: jóvenes ex tutelados procedentes de centros de menores que al cumplir la mayoría de edad se les supone madurez, capacidad, habilidades y condiciones suficientes para emprender autónomamente (nunca más lejos de la realidad, desafortunadamente); jóvenes migrantes en el laberinto de la regularización de su situación legal; jóvenes procedentes de familias desestructuradas; padres/madres monoparentales con hijos/as a cargo sin redes familiares de apoyo; jóvenes que han sufrido adicciones o han estado en prisión. Desde la Asociación Casa Paco Girón establecimos el reto de acompañar, orientar y promover proyectos de VIDA.
El postulador de la causa de beatificación/canonización del sacerdote Francisco Girón nos pidió en la última reunión que tuvimos en el Obispado de Huelva que difundiéramos la “espiritualidad” de Paco Girón. En aquel momento pensé para mí y ahora creo firmemente que la espiritualidad de Paco Girón es una espiritualidad “encarnada” y que la Casa Paco Girón, con sus luces y sus sombras, ha intentado ser un testimonio vivo de esa encarnación. Como Paco escribe en su libro Lo que mis ojos han visto, el cual recomiendo vivamente como testimonio vital de un hombre lleno de Dios, “los problemas de los hombres están ahí y Jesucristo nos llama a estar cerca, a solucionarlos, a hacer la historia humana distinta… No se pueden vivir momentos de cielo y olvidar el drama del mundo… No creo en la alegría falsa de muchas asambleas cristianas que se olvidan de los problemas de los hombres… Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, en especial, de los más pobres, son los gozos, las esperanzas, las tristezas y las angustias de los discípulos de Jesucristo”.
A lo largo de estos 10 años, la Casa Paco Girón ha cumplido la misión para la que la Fundación Valdocco la promovió: ser un espacio de tránsito, un puente hacia la autonomía y el desarrollo personal de jóvenes en riesgo de exclusión social. Hoy por hoy, la Casa es un espacio en el que conviven en armonía personas de distinto credo religioso y orientación, y donde desde hace unos años, compartimos el edificio con la Fundación Cepaim en la segunda planta, entidad que desarrolla el proyecto de protección internacional de las personas solicitantes de asilo o refugio y, también con la asociación Crecer con Futuro, en la planta baja.
Los jóvenes del proyecto Casa Paco Girón son jóvenes en riesgo de exclusión sí, pero son jóvenes resilientes. La resiliencia es mucho más que la supervivencia, según hemos aprendido estos años, es la capacidad que tienen y han tenido la mayoría de nuestros jóvenes para no quedarse anclados en un pasado traumático lleno de adversidades y situaciones en desventaja, sino la capacidad de empoderarse, de reconceptualizar aquello que les ocurrió y desde ahí, y con el acompañamiento necesario, tirar para adelante. Estos son la mayoría de los jóvenes de la Casa Paco Girón, muchos de ellos, maestros de resiliencia. Por ello, en primer lugar, pongo en el centro de estos 10 años el esfuerzo de la gran mayoría de nuestros jóvenes. Con empleos en ocasiones precarios, salarios mínimos, dificultades de acceso a una vivienda, sin red familiar de apoyo, es casi un milagro emprender en autonomía con veinte y pocos años, pero no imposible, y nuestros jóvenes lo saben. Apelo desde aquí a una mayor conciencia personal, social, empresarial e institucional para ayudar a mejorar las condiciones que garantizan los procesos de autonomía con éxito no solo de nuestros jóvenes, sino de la juventud en general.
Obviamente, nada de esto hubiera sido posible sin el acompañamiento del equipo educativo de la Casa, con Vicente a la cabeza. Agradecido reconocimiento a la labor del equipo de profesionales que han acompañado con cariño y con paciencia a los chicos y chicas: Mª José, Auxi, Manuel, José Ángel e Isaac, así como a las jóvenes en prácticas de la Escuela de Trabajo/Educación Social que han pasado por la Casa. Como dice la canción que Almudena y Carmen Murillo nos dedicaron, “son las manos de quienes se dan las que hacen de un ladrillo un hogar” y, nosotros hemos tenido la suerte de tener manos dispuestas, abiertas y generosas para acariciar y sostener realidades muy complicadas a veces. Agradecimiento sincero pues también a todas las personas voluntarias que han formado parte de la Junta Directiva de la Asociación en estos años. A todas las personas voluntarias, incluidas las del huerto de la Casa, por perseverar en la tarea de cuidar y cuidarnos.
En este 10º aniversario no nos cansamos de dar las gracias a todas las entidades del tercer sector, que codo con codo han colaborado con nosotros y con nuestros chicos/as, complementando profesionalmente la ingente tarea de orientación profesional, formación, acompañamiento a la inserción, etc en un necesario trabajo en red en el ámbito social.
Gracias sinceras a los más de 90 amigos/as de la Casa Paco Girón que con sus cuotas mensuales nos apoyan y sobre todo simbolizan que confían en nosotros y en la labor que en la Casa se realiza. Agradecimiento también a las instituciones públicas, con la Diputación Provincial de Huelva a la cabeza, por confiar desde el comienzo en nosotros, a la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento y al Puerto. Al Banco de Alimentos, a Hipercor y a la Fundación Atlantic Copper, a Resurgir, a la Fundación Cajasol y a la Fundación Caja Rural del Sur; a la Universidad de Huelva en general y, a la Cátedra de Innovación Social Aguas de Huelva en particular, que nos han permitido desarrollar estos años el programa Alojamiento con corazón, un enriquecedor programa de ayuda mutua para jóvenes universitarios que conviven en la Casa Paco Girón.
A la Fundación La Caixa, con cuyo apoyo hemos contado desde nuestros inicios y a todas las empresas que año tras año colaboran en nuestros almuerzos solidarios y en las prácticas para nuestros jóvenes. Agradecimiento también a los grupos y artistas que con su música nos han deleitado en muchas veladas a beneficio de la Casa y a los profesionales que han puesto su conocimiento y sus medios al servicio de nuestros jóvenes.
En este décimo aniversario hacemos balance de la mano de otro sacerdote amigo, Paco Echevarría, y aunque aún nos quedan varias sesiones para profundizar, nuestro balance es enormemente positivo. Una suerte (“una gracia”, diría Paco Girón) habernos encontrado en el camino con tanta gente buena dispuesta a hacer de la sociedad humanidad. Nos duele profundamente cuando la droga, la complejidad del trauma o las circunstancias adversas nos ganan la partida arruinando la vida de nuestros jóvenes, pero afortunadamente, podría nombrar muchos momentos especiales a lo largo de estos diez años de andadura, me quedo con las luces de los testimonios de nuestros chicos/as en el momento de las celebraciones de su autonomía y cuando vuelven de visita a la que ya es su casa, la Casa Paco Girón. ¡Feliz Navidad!
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