Conservar La Rábida

13 de junio 2024 - 00:45

La Historia, su significación y su presencia constante en nuestro corazón, hace que existan edificios que no pueden mantenerse en el olvido.

Quisiera hoy recordar a uno de ellos que merece una total entrega no sólo para la provincia de Huelva, sino para toda nuestra nación, que debe honrar cuanto fue en la Historia de occidente y en el mundo de la mar: La Rábida.

El Monasterio de Santa María de la Rábida, en tierras palermas, es sin duda alguna la mejor representación viva de una epopeya universal. El tiempo en primer lugar, y el olvido en otros, han ido hiriendo su estructura, dejándola muchas veces en un estado que no se merece y que debe avergonzarnos.

Tenemos aquí, el montículo donde un día los romanos adoraron a la diosa Proserpina, el alfa y omega del Descubrimiento de América. Un altar donde se combina la historia y la fe, la aventura y la devoción mariana que sigue, a través de los siglos, alumbrando el espíritu de Palos de la Frontera, en el orgullo de la mayor hazaña, que en aquel 1492, viera partir Tres Carabelas llenas de valentía y esperanzas.

La Comunidad franciscana cuida con esmero la presencia del convento, pero hay momentos en que como Monumento Nacional que es, necesita la ayuda inmediata del Gobierno, por mediación del Ministerio de Cultura, para su conservación. Y salvo en pocas ocasiones no la tiene.

Desde siempre dos organismos han sido los salvadores de imperiosas obras. La Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Palos de la Frontera, quienes nunca negaron atender la petición de auxilio cuando era necesario.

Nuevamente La Rábida necesita ayuda para la conservación de su patrimonio Y me consta que de nuevo La Diputación Provincial está al tanto de la plaga que azota a diferentes salas del Monasterio, como en otras ocasiones lo hizo el Ayuntamiento de Palos, en obras varias, de conservación de techumbres, etc.

En Hueva, a veces nos olvidamos de que existen monumentos que sufren las consecuencias del paso de los años y de las inclemencias meteorológicas y necesitan una constante ayuda de mantenimiento.

Es triste que el Gobierno no solucione lo que por ley debe tener presente, más aún tratándose de un Monumento, con repercusión internacional, teniéndose finalmente que implicarse otras administraciones provinciales y locales para salvar el momento.

Después de aquella pequeña restauración que se hizo con motivo de la escasa celebración del V Centenario del Descubrimiento, nada en concreto y con carácter definitivo se ha vuelto a hacer. Ni la Comunidad franciscana de la Rábida, ni la provincia de Huelva se merecen la decidía de la Administración central.

Volvemos a poner nuestras esperanzas en la Diputación Provincial, protectora siempre del convento, y la entrega total de Palos, a la casa que es altar de su Patrona la Virgen de los Milagros. El tesón que siempre estas instituciones demostraron es sin duda para nosotros la mayor seguridad de que estas palabras no caigan en el olvido y conservemos nuestro Patrimonio Histórico de carácter universal, con amor y responsabilidad. Así sea.

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