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Alguien de Huelva sale de viaje a un destino internacional que se encuentra a 2.113 kilómetros de distancia. Teniendo en cuenta que el aeropuerto se encuentra a 102 kilómetros y que la velocidad media del transporte terrestre es de 110 km/h y del aéreo es de 860 km/h, ¿Cuánto tardará? La respuesta es, sencillamente, inviable. Porque la multitud de variables convergen en la imposibilidad de alcanzar un cálculo exacto. Y esto adscribe el planteamiento de nuestro problema matemático al nivel del problema de P versus NP, el teorema de Hodge o la hipótesis de Riemann.
Y es que, si esta persona decide ir en transporte público, tendrá que elegir entre autobús o tren. Si elige tren, tendrá la opción de únicamente tres horarios para viajar (6:30 h., 15:00 h. o 18:57 h.), en un trayecto de una hora y media aproximadamente. Además de tener que buscar un transporte que le lleve al aeropuerto. Pero si el vuelo es un domingo, sólo tendrá dos opciones: 15:00 h. o 17:50 h. Por lo que si elige un avión con embarque anterior a esas horas, quedaría descartada esta opción. Si elige el autobús interurbano, sí que tendrá un amplio abanico de posibilidades, hasta nueve horarios diferentes, en trayectos cuya duración puede ser de hora y cuarto o de dos horas. A lo que hay que sumar el trayecto al aeropuerto, que en transporte público es de unos treinta minutos.
Lo más probable es que esta persona opte por realizar la primera parte del viaje en un coche privado. Pudiendo optar por conducirlo él o que alguien le lleve. En esta circunstancia, quien viaje tendrá que salir con un margen prudencial y pasar algún tiempo de espera en la terminal aeroportuaria. Más fácil de calcular, en cualquier manera, sería el coste del viaje, pues al billete de avión habría simplemente que sumar el de los diferentes billetes de transporte público o el de la gasolina del coche propio y el del aparcamiento si fuera el caso.
Lo que queda claro es que un habitante de Huelva no tiene más opciones que éstas, pero un viajero del punto opuesto de nuestro recorrido puede plantearse descartar la opción de venir a nuestra provincia y optar por cualquier otro destino más cómodo, que es lo que yo haría. Y lo que se plantea como un problema sin resolver, ya va siendo hora de que los gobernantes de las distintas administraciones se pongan a hacer números, a ver si deja de haber un teorema imposible menos y dejamos el camino más despejado.
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