Vicente

Madre y justiciera

Crítica de Cine fila siete

Vicente

25 de agosto 2016 - 01:00

'SECUESTRO'

Cines Aqualon Puerto Huelva.- Producción: España, 2016.- T.O.: 'Secuestro'.- Duración: 110 minutos.- Dirección: Mar Targarona.- Guión: Oriol Paulo.- Fotografía: Sergi Bartrolí.- Música: Marc Vaillo.- Montaje: Juan Manuel Vilaseca.- Intérpretes: Blanca Portillo, José Coronado, Marc Domenech, Antonio Dechent, Vicente Romero, José María Pou, Macarena Gómez, Andrés Herrera, Nausicaa Bonnin, Francesco Albiol, Luisa Castell, Miguel Ángel Jenner, Raquel Pérez

Mar Targarona, actriz, guionista, eminentemente productora y directora de las películas Mor, vida meva (1996) y Abuela de verano (2005), ha destacado en los últimos años en la producción en el capítulo del cine de terror que en la cinematografía española no siempre fue muy brillante. Fue así en los casos, que los buenos aficionados al cine recordarán, de El orfanato (2007), de Juan Antonio Bayona; Los ojos de Julia (2010), de Guillem Morales y El cuerpo (2012), de Oriol Paulo. Con la mayoría de los artífices que trabajaron en estas realizaciones, la nueva directora aborda un thriller, diríamos a la manera clásica, sobre un tema tan recurrente como es el rapto de un niño que proporciona una sugerente perspectiva a la intriga.

La protagonista es Patricia de Lucas, a la que encarna con su habitual personalidad dramática Blanca Portillo. Es una abogada divorciada, muy acreditada, que goza de un bien merecido prestigio en la profesión. Su vida se ve conmocionada y se convierte en una insoportable pesadilla cuando su hijo Víctor desaparece del colegio sin que se conozca rastro alguno y sin más posibilidades de encontrarlo. Horas más tarde el chico reaparece en un estado lamentable, magullado y vivamente afectado por el mal rato vivido. Confiesa que un hombre ha intentado secuestrarlo pero se ha librado de él, consiguiendo escapar. La policía inicia sus investigaciones y tras una rueda de identificación consiguen dar con el que parece autor de los hechos. Sin embargo las pruebas no son suficientes y el presunto secuestrador queda en libertad. Contraviniendo sus propios principios pero profundamente apesadumbrada y temiendo por la seguridad de su hijo, Patricia, en contra de su propia conciencia, se tomará la justicia por su mano. Pero en el curso de los acontecimientos el destino jugará su última baza.

En esta vuelta a la dirección con la colaboración muy significativa del director Oriol Paulo en el guión, Mar Targarona articula un relato en el que, sobre todo, ha sabido darle fuerza y rigor narrativo a las angustias y complicaciones morales que vive la protagonista, para encauzar una trama de forzada tensión y de ciertas coartadas propias del género. Lo cual provoca continuas inflexiones y cambios de ritmo, muy convincentes en todo momento y dignos de todo crédito por parte del espectador. Ni que decir tiene que en esa materialización de la intriga y de los elementos dramáticos del argumento, cuenta mucho y muy decisivamente la interpretación de Blanca Portillo, que una vez más dota de personalidad a su personaje. En este caso de una jurista de reacciones enérgicas pero profundamente conmovida por la tragedia familiar que supone el rapto de su hijo y de su indefensión en lo personal en una situación de consecuencias imprevisibles.

La evidencia de esas triquiñuelas propias del género, de la frecuente versatilidad del guión, de los continuos golpes de efecto y de los giros en el curso del desarrollo narrativo, no oscurece ni atenúa para nada los eficaces fundamentos de un historia de intriga creciente y de una exhibición de recursos que en conjunto dan verosimilitud a al relato. A la vez se denuncian ciertos comportamientos corruptos de una clase social privilegiada y otras actitudes muy características del tiempo que vivimos. La revelación de un ámbito tenebroso, ilícito, venal y condenable por tantos conceptos. Son contrapuntos que añadir a la realización.

QUIROGA

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