La ciudad y los días
Carlos Colón
Nunca estuvieron todos
Me declaro un enamorado del Barrio Obrero, incluso por el hecho de que no se llame así sino que sea un apodo. Desde pequeño siempre me ha fascinado por su disposición, por esas casas blancas tan de aquí con ese entramado de tejas, con esas líneas amarillas, y esa arquitectura de otro lado. Esas barandas, esas puertas y ventanas, sus patios, esa estructura de calles letradas. Yo soñaba con vivir allí, con pasear en bicicleta por esas travesías tan poco transitadas. Una especie de paréntesis dentro de la ciudad. Me gustaban especialmente sus casas altas, las de dos plantas. Qué potencia estética, qué atractivo. Ya podríamos entrar en el debate sobre el cuidado o descuidado. Sobre las reformas que han hecho los particulares para ampliar hacia un lado, el otro, para arriba o para abajo. Pero también seamos justos, cada dueño ha sido el auténtico mantenedor de este milagro urbanístico, y los remiendos en muchos casos eran por necesidad y por corriente de los tiempos. Se echa muy en falta desde el ayuntamiento una sensación de cuidado del patrimonio y de quienes lo guardan, en este y en otros barrios. Un bien cultural no puede estar a expensas de los posibles de unos particulares, pues primero para el puchero y ya después la obra con lo que sobra, como dijera aquel .
Pero en cualquier caso, poseemos un escenario de película, o, en este caso, de serie: Operación Barrio Inglés. Aunque no aparece, no sé a qué motivo exacto, pues se menciona ese barrio obrero de la Huelva británica pero la localización escogida para la grabación es otra, el barrio inglés de Bellavista en Riotinto. Lástima. Lástima que no haya encajado esa imagen tan promocional y tan icónica en esta filmación seriada que se estrenó el pasado miércoles. En ella se ficciona ese curioso papel de espionaje y contraespionaje que se dio en Huelva en el contexto de una España ajena a la Segunda Guerra Mundial pero donde campaban a sus anchas tanto alemanes como ingleses. Algo parecido a un chiste de Gila: “¿alguien ha matado a alguien?”. Sí se ven otros paisajes en medio de esa trama de espías e historias de amor. Aunque algo falta de ritmo en esta primera toma de contacto. Dejemos de lado algunos intentos por fingir (mal) un acento andaluz. Pero interesante. Y un poco como paradoja de esta ciudad y provincia, cosechando poco éxito de público y ya desplazada de la parrilla de RTVE hasta nueva orden, un poco como el AVE, como el aeropuerto, como los desdobles, como… Aquí seguiremos con ganas de un siguiente capítulo.
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