Fernando Barranco Molina

Paco 'El Caena'

15 de diciembre 2013 - 01:00

FRANCISCO Hernández Rull, conocido como Paco El Caena, era una persona que dejó en su paso por esta vida, una estela de bondad y Punta Umbría entera lo recuerda con mucho cariño y admiración. Raro es el día que no se le nombra en este pueblo por sus muchas virtudes.

El nació en Punta Umbría, aunque su familia como tantas otras, vino de la provincia de Almería y desde pequeño trabajó como marinero enrolado en los barcos de pesca donde surgió su afición por el cante de Huelva, por eso dicen los entendidos que los fandangos que cantaba Paco, tenían un sello propio, eran "fandangos marineros" y eso lo distinguían del resto de los fandangos, porque los que cantaba él eran valientes y marineros.

Ya en el año 1956 ganó un concurso de fandangos en el que participó el mismísimo Paco Toronjo y otro gran cantaor de la época como era Morenito de Paymogo, pero Paco nunca quiso ser profesional, fue un magnífico aficionado, su profesión, su trabajo y su familia no se lo permitía.

Francisco Hernández Rull era armador de barcos y tenía que estar pendiente de su negocio, viajar y como no, pendiente de sus hijos, especialmente de sus niñas Toñy, Maribel y Pepa a las que adoraba y su distinguida esposa Antonia Galloso Botello que lo cuidaba y lo tenía siempre "de punta en blanco" como me cuentan sus amigos del alma, los también flamencólogos Juan Cazorla y Miguelín "el del taller".

Su hijo heredó el arte de cantar y nos lo demostró cantando en la ópera flamenca que Diego López Silva ideó como contribución a los actos del 50 aniversario de la independencia de Punta Umbría sobre la historia de la segregación. A todos los que allí estuvimos se nos saltaron las lágrimas oyendo como cantaba el célebre fandango que su padre ideó y que decía así:

"Cuando voy por altas mares / con mi barco navegando/ pienso en ti, pienso en mi mare/ y si en peligro me/ hallo, pienso en la/ Virgen del Carmen".

Paco El Caena que heredó el apodo de su padre, a quien se lo pusieron por el gran parecido que tenía con otra persona que era conocida de esa manera, era un hombre muy bueno, siempre muy bien visto, muy amable y bondadoso, yo tuve la suerte de conocerlo y tratarlo en algunas ocasiones aunque no fui de su círculo más cercano, pero con todas las personas que hablo lo recuerdan con mucho cariño. Donde él estaba no había nunca pena, era muy generoso y espléndido. A toda la gente necesitada le regalaba grandes cantidades de pescado de sus barcos. En su alrededor nadie pasaba hambre.

Estaba muy vinculado a todo lo que tuviera que ver con el pueblo, colaboraba con todo lo que se le solicitaba, nunca decía que no cuando de ayudar se trataba.

Fue el más grande de los aficionados al flamenco y a todos los concursos que se presentaba los ganaba. En cantes de Huelva no había quien le hiciera sombra y bien que llevaba con orgullo el nombre de Huelva y de Punta Umbría por todos los escenario que se subía, otro ejemplo es este fandango que también él escribió:

"El Retiro y la Gran Vía/ que importa que Madrid tenga/ El Retiro y la Gran Vía./ Si Huelva tiene el Conquero,/ La Rábida y Punta Umbría,/ lo mejor del mundo entero".

La Peña Cultural Flamenca de Punta Umbría le rindió un merecido homenaje y el Salón de Socios de sus sede lleva el nombre de Salón Paco El Caena en su honor.

Francisco Hernández Rull se marchó de esta tierra dejando una gran cantidad de amigos que todavía hoy, a pesar de haber pasado ya varios años, lo recuerdan con cariño y admiración. Punta Umbría le lloró en su despedida hacia en más allá. Paco El Caena, se merece por derecho propio estar en esta galería de personas ilustres de Punta Umbría. Se ganó el respeto, la admiración y el cariño de todo el que lo conoció. En toda la provincia de Huelva tiene reconocida su enorme valía.

El Ayuntamiento de Punta Umbría nominó con su nombre un rincón de este pueblo junto a la Peña Flamenca, que ya se llama para siempre Plaza de Paco El Caena.

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