Presencia

30 de mayo 2024 - 00:30

El amanecer de este nuevo día de mayo es diferente. Cada mañana la luz rompe el velo gris de la noche y la esperanza de otra jornada se abre para nosotros llena de esperanzas. Hoy no es así, es mucho más. Hoy es día de Corpus.

Desde el pueblo más sencillo a la ciudad, que alberga la gran catedral, el olor a juncia convertida en verde y bella alfombra, se extiende por la calle para honrar y vivir una de las tradiciones más sentidas del orbe católico.

Desde los más profundo del corazón creyente, los versos de los himnos eucarísticos brotan en los labios para, como el incienso, elevarse a la brisa mañanera en alabanza al Altísimo.

“Dios está aquí” comenzaba aquella estrofa tan querida y conocida de nuestra niñez, cuando acompañábamos a la Custodia en procesión por las calles hechas altares vivos de la devoción de un pueblo.

Y al paso de la misma ese pueblo inclinaba sus rodillas en tierra en señal de adoración. En lo más alto el sol brillaba menos, porque la luz del Señor era el más bello fulgor de la fiesta.

Día de Corpus, día de la presencia viva de Dios con nosotros. En un clima religioso cada vez más deteriorado en las manifestaciones públicas de nuestra fe, abrimos una puerta a la esperanza.

No hay que dejarse vencer por las contrariedades de los tiempos, de las imposiciones, para los creyentes la Luz de un dios que se quedó con nosotros en el milagro de la Eucaristía, seguirá siendo el faro de nuestra vida.

Hoy, todos lo sabemos, el mundo es otro, lleno de injusticias, de odios, de guerras donde el poder las armas, del dinero, de las ideologías, que aplastan cualquier manera de sentir el espíritu de la solidaridad, del bien común, del amor…

Los que vemos la vida en su última etapa no tenemos más remedio que refugiarnos en un sentido de fe lleno de esperanza para los que nos sucedan.

“Cantemos al amor de los amores”. Qué bellas palabras cuando nuestro espíritu religioso se encuentra en una fecha grande como esta que vivimos en un mes que tantas vivencias marianas nos trae. Aquel canto que cada año vuelve a resonar en esta festividad sin par nos hace ser más fuerte en nuestras convicciones.

Sí, ¡Dios está aquí!, Gloria a Él en la más real presencia entre nosotros… Y termina el verso sonoro: ¡Cantemos al Señor...! Cantar es la oración de la alegría humana.

Nuestra Huelva sencilla y fervorosa encenderá hoy la luz de sus Hermandades y el corazón de los fieles. Estamos terminando Mayo y es día de Corpus Christi.

La ciudad está abierta en flor sobre el haz marino, en su soñar ofrece el pan, y en vino se torna su azulada claridad.

stats