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Mª Del Mar Rodicio Arias

Veinticinco años del cierre de la papelería Diario de Huelva

26 de marzo 2014 - 01:00

CUANDO celebramos algún aniversario es cuando somos conscientes de cómo el tiempo, implacable, va pasando. Hace 25 años que se bajó, por última vez, la persiana de la papelería Diario de Huelva en la calle Concepción nº 15 (y alguno de ustedes estará diciendo para sí: ¡tanto hace!).

Todo empezó cuando don Antonio de Mora Claros le ofreció a mi abuelo, don Manuel Arias Cabrera, que entonces trabajaba en el periódico La Provincia, un puesto de cajista en el periódico Diario de Huelva y éste aceptó. Tras el fallecimiento de don Antonio Mora Claros en 1922, mi abuelo le compra a su viuda la imprenta y el periódico (el contenido del local pero no el local) y un local a la vuelta de la esquina de la calle Béjar, nº 21, (133 metros cuadrados y 67 decímetros cuadrados) con el que amplió el local de máquinas, el 14 de marzo de 1930; trae máquinas rápidas de Alemania, primero las del periódico (1933-34), y luego dos máquinas más para el trabajo de la imprenta (1935-36).

El matutino Diario de Huelva fue fundado en 1907, inicialmente independiente y luego vinculado a la Iglesia, perteneciente por tanto a la llamada Prensa Católica. Diario de Huelva fue sin duda el periódico más popular de Huelva hasta su cierre, el 14 de septiembre de 1941, después de 34 años defendiendo los intereses locales y provinciales.

En febrero de 1926, mi abuelo funda la papelería Diario de Huelva en la calle Botica (c/Mora Claros, nº 5), de la cual se ocupaban dos sobrinos suyos: Alfonso y Sebastiana (hijos de Micaela Arias Cabrera). El local era alquilado y estaba situado frente a la Escuela Normal de Magisterio.

En febrero de 1936 se traslada la papelería Diario de Huelva a la calle Concepción nº 15 y en el primer piso se instala mi abuelo junto a su mujer, doña Mercedes Travieso Guerrero, y sus dos hijas, Manolita y Mª del Carmen.

Tras el fallecimiento de mi abuelo, en febrero d 1939, se hacen cargo de la papelería su viuda y su hija mayor hasta que ésta se casa y es entonces cuando mi madre, Dª Mª del Carmen Arias Travieso, se pone al frente del negocio hasta su cierre, el 26 de marzo de 1989.

Conforme subías el escalón que te situaba en la cancela y traspasabas la puerta de dos hojas, accedías al maravilloso mundo de la papelería, donde podías encontrar y adquirir aquel artículo que buscabas y creías que no encontrarías en ningún sitio… A la derecha, los cuentos troquelados, los rosarios, los libros clásicos, las estampas de la Primera Comunión junto con los recordatorios de defunción, etcétera. A la izquierda las plumas estilográficas, estuches con bolígrafos, portaminas y rotuladores; portafolios de piel, agendas; caballetes, lienzos, pinceles, estuches de acuarelas y tubos de pintura al óleo; tampones, frascos de goma arábiga…

Al frente, los cuadernillos Rubio, cartillas Palau, plastilina, bolígrafos, diccionarios… En la columna central había un expositor de placas de plástico y metal, pliegos de papel de regalo. En fin, un gran número de artículos que no seríamos capaces de enumerar.

Actualmente todavía hay clientes que le hacen recordar a su propietaria, cuando la reconocen y paran por la calle, toda una institución de 63 años de vida y que permaneció en la calle Concepción nº 15 durante 53 años.

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