La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
Volvemos, para no perder los buenos hábitos, con un nuevo sábado más de papas con chocos, ya pasada la Semana Santa. Comenzó ésta con susto. En la jornada del Domingo de Ramos, afortunadamente fue tan solo un susto en la calle Palos, en el cual Pili tuvo que intervenir de paisano, esta vez sin su chubasquero impermeable de Protección Civil. Esperamos que ya hasta el invierno que viene, como mínimo, doña Pilar Miranda cuelgue el chaquetón reflectante e impermeable y no vuelva a subirse al Suzuki Vitara de patrulla por Huelva. Una vez pegado el cerrojazo a esta Semana Santa, el balance realizado la cataloga como un nuevo éxito de Huelva y los onubenses, en la cual la climatología por fin nos permitió el disfrute a lo largo de la ciudad.
Debido a que el año pasado fue muy duro para los cofrades, este año se ha disfrutado muchísimo de cofradías, y lo que no son cofradías, por las calles. Pues no me negarán que es difícil de igualar poder contemplar a un concejal de Presidencia mandando una “izquierda’lante”. Por no hablar del deleite para los sentidos ver a Doña Mariló, Elena y Pili… de mantilla por Huelva.
Con este escenario, en Fitur 2026 arrasamos. Por ello merecerá la pena la travesía hasta Huelva, bien sea por su A-49 o, si gustan de las experiencias extremas, vía férrea.
Antes de dejar el repaso a la Semana Grande, me gustaría mencionar las colgaduras que se han puesto este año en los balcones del Ayuntamiento. Siempre con afán constructivo, por supuesto. No creo que nadie se haya percatado porque no he escuchado nada al respecto. El año pasado lucían con un maravilloso aspecto, impolutas, como nuevas, y dándole al Consistorio el empaque señorial que se merece. Sin embargo, al verlas este año, no se si estábamos en Semana Santa o en una feria medieval consolidada. A ver qué tenemos el año que viene. O en la Magna...
Ya casi sin tiempo para recrearnos de lo sucedido, la provincia estalla y estamos en modo romería. Saquen de los armarios y planchen guayaberas, que son muy aliviadas para los tiempos que se vienen. Lo mismo te dan tu sitio en una romería con un sombrero de Simón Vidosa, que te tomas una cerveza en el chiringuito por Punta Umbría, que lo mismo te paseas con ella por Colombinas como un auténtico señor.
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