El estado de ansiedad necesita un triunfo balsámico

27 de octubre 2024 - 07:00

El sentir del mundo recreativista se teme lo peor al no despertar de su pesadilla de este decepcionante inicio acosado por la sequía de victorias y es que hay males que no sanan. La competición supera la mitad de la primera vuelta y cada jornada queda menos margen de error con la carga del tormento que neutraliza todos los intentos de salir del hundimiento acumulando desesperaciones por la tardanza en reaccionar. El agobio siempre es una oportunidad para emprender respuestas de rebeldía, pero la inseguridad al límite de la desazón frena cualquier intento de reanimación.

Abel Gómez trata de buscar soluciones a tantos vaivenes, si bien tras reconocer la plantilla los errores letales en los partidos de momento no hay salida. El técnico si elige un equipo base y no responde, luego mira al banquillo y tiembla porque no encuentra opciones viables reales que modifique su estructura con la medicina de la alternativa. Y se prepara el siguiente compromiso con la conjura de que “no podemos fallar más” y de nuevo vuelta a empezar más acojonados sin la reacción pretendida.

El vestuario está asumido en sus cavilaciones y se retrasa de manera peligrosa la búsqueda de la prueba de solidez y equilibrio que traigan consigo jugar con más energía, decisión y menos dependiente del drama en la toma de riesgos. Ahora el Recreativo no puede controlar el tiempo que apremia, pero sí debería estar preparado para romper su destino actual, junto con el Ourense (grupo I) son los únicos sin ganar. La lógica señalaba al Alcorcón como un recién descendido con argumentos para la vuelta al fútbol profesional y la práctica señala que cierra el quinteto del descenso. El Recreativo siente el vértigo con necesidad del estímulo suficiente impregnado de carácter y orgullo porque el aliento de la afición nunca le fallará superando las frustraciones. Y el estado de ansiedad también acelera los errores no forzados y urge un triunfo balsámico.

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