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José Antonio Mancheño Jiménez

El arte del funcionalismo

Arquitecto.

26 de mayo 2013 - 01:00

DADO por hecho que el movimiento surgido a finales del XIX supuso una ruptura con el modelo arquitectónico del "fin de siglo" y que a comienzos del siglo XX se produce una renovación de las ideas y una visión regeneradora alejada del viejo academicismo para integrarse en propuestas innovadoras que impliquen un aire nuevo y libre inspirado en la naturaleza y en la incorporación de elementos derivados de la Revolución Industrial, el Modernismo inicia su andadura bajo la estética de John Ruskin y William Morris, incorporando los elementos cotidianos que conforman un todo con el diseño constructivo, incluidos los accesorios decorativos, el mobiliario y demás complementos artísticos.

En España, los vanguarditas del Art nouveau se inician en Cataluña, puerta abierta a las corrientes europeas de la mano de Rogent y Amat, Domenech i Montaner, Puig y Cadafalch y un largo etcétera en el que sobresale la figura de Antoni Gaudí y su genialidad arquitectónica plasmada en el Parque Guell, la Casa Botines, la Pedrera, la Casa Batló y su obra cumbre, el templo de La Sagrada Familia.

Entre las calles de Méndez Núñez y Puerto se enclava un corto tramo de apenas cien metros donde nació Eleuterio Población Knappe (rotulado como Rafael Vélez) un día lejano de 1928 y en la que don José, su padre, ejerciera la medicina en la especialidad de ginecología, estableciendo en ella su propia clínica y adquiriendo un reconocido prestigio.

Su hijo mayor, Eleuterio, pasa su infancia y adolescencia entre Le Ecole Française de Madame Cazenave y el Instituto de Enseñanza Media La Rábida, en el que obtiene el grado de Bachiller.

De su Huelva querida a Madrid, para cursar estudios de Arquitectura, licenciándose en 1954 y posteriormente el de Urbanista en la Escuela Nacional de Administración y Estudios Urbanos, uniéndose al cuadro de profesores de la ETSAM durante cinco ejercicios, 1965-74.

Mientras ha montado su estudio en el Paseo de la Habana madrileño, incluyendo en su equipo, entre otros, a dos onubenses de cuna y tradición, Juan Domínguez y Pepe Calvente. Comienza a trazar sus primeras líneas y a adelantar un paso más al concepto modernista, superando su status e introduciendo nuevas formas de concebir la ciudad integrándola en la cotidianidad de sus gentes hasta poder convertirla en vehículo transmisor de valores personales y culturales. El ser humano, el habitante urbano y su entorno son el eje central de su obra.

En el concurso internacional para la construcción del Paseo Marítimo de Tenerife obtiene su primer premio al que seguirán una vasta producción de edificios residenciales de diversos usos. Más de 700.000 metros de suelo terciario y 20.000 edificios son parte de su extenso legado a lo largo de medio mundo.

Su horizonte le lleva a diseñar cualquier tipología, no se encasilla, y así, es contratado por la cadena Meliá para construir una larga cadena de hoteles destacando por la mezcla de prestancia y sobriedad, el Don Pepe en Marbella, el Eurobuilding en Madrid, el Luz Sevilla, el Auditorio de la Expo 92, el Pasaje Villasis y el Carabela Santa María en su ciudad.

Luego le seguirán las edificaciones financieras, administrativas, residenciales y de promoción social: la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, el edificio Endesa y Beatriz, el Poblado de San Cristóbal de los Ángeles, el Centro Superior de Arquitectura Antonio Camuñas, la Unidad Vecinal de Absorción Virgen de Begoña, la Campaña Española de Crédito a la Exportación, el Banco Popular Español, el Ensanche de Vallecas o el Centro Altalla entre una prolífica ejecutoria a lo largo de cincuenta años.

Fue decano presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, jurado de los premios Príncipe de Asturias, presidente de la Fundación Sta. María de la Rábida para el V Centenario, Medalla de Huelva y Académico de Honor de la Real Academia Santa Isabel de Hungría.

Casado con Consuelo Vázquez, hermana del torero Pepe Luis, tenía pasión por la fiesta, el flamenco y sobre todo, el mar. Contemplaba su ría desde su casa en la Avda. Pérez de Guzmán de Punta Umbría y navegaba a cielo abierto.

Incorporó a sus proyectos el diseño artístico, la sobriedad, la funcionalidad y la elegancia, aplicando los medios tecnológicos más avanzados. Fue un adelantado, un visionario y un amigo, al que nunca podré olvidar.

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