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Ignacio Martínez
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Cuando se acerca el fin de año es inevitable no tener pensamientos sobre nuestra propia existencia, como haciendo un repaso de los doce meses que han pasado: algunos habréis tenido un buen año, a otros os gustaría borrarlo del calendario y puede que haya seres de luz que no se hagan ningún tipo de pregunta porque el único momento de relajación que tendrán será en la cena de empresa y los taninos del vino hacen que se vea todo maravilloso, a no ser que se beban una botella entera: entonces la crisis existencial será mastodóntica a la mañana siguiente.
Puede que este sea el mes en el que más personas se replanteen su vida. ¿No te has preguntado nunca qué sería de ti si hubieras elegido otro camino? Estudiar otra carrera, aceptar ese trabajo que te ofrecieron fuera de tu ciudad o haber elegido no tener hijos. ¿Y si hubieses tenido el valor de decirle a esa persona que la querías? ¿Qué habría pasado? Miras atrás y ves a la persona que eras hace treinta años que nada tiene que ver con la persona que eres hoy; menos mal, porque si no sería una tragedia.
Me gusta pensar que existe un multiverso en el que están todas las vidas paralelas a las nuestras, esos universos o realidades formadas a partir de las decisiones que pudimos tomar y no tomamos. No hay evidencia científica sobre esto, aunque todos hemos escuchado más de una historia sobre algún señor que tiene dos familias, viviendo su multiverso particular: este no quería tomar ninguna decisión y fue con todo: ¿la rubia o la morena? Las dos, no se fuera a arrepentir después, y todo en el mismo espacio-tiempo.
La teoría de los universos paralelos nos habla de diferentes dimensiones que coexistirían, unas por encima de las otras. Esto haría que nunca fuese posible que dos dimensiones lleguen a encontrarse, por lo que tenemos que estar tranquilos: no nos encontraremos nunca a “nuestro otro yo” que decidió cogerse un año sabático para viajar y que es mucho más feliz.
Las ideas de la humanidad sobre realidades alternativas son antiguas y variadas: en 1848 Edgar Allan Poe escribió un poema en prosa en el que imaginaba la existencia de “una sucesión ilimitada de universos”: sin televisión ni móvil para ver tutoriales de cómo hacer un bizcocho con solo tres ingredientes es normal que se planteara toda su existencia.
La posibilidad de que anden por ahí otras versiones nuestras con vidas diferentes en base a las decisiones tomadas ha servido de inspiración para los guiones de muchas películas y series: sombras de lo que pudimos haber sido, reflejos sobre el cristal de una persona con los mismos rasgos pero no con el mismo fondo, porque el camino elegido es el que nos hace ser como somos; el camino y las personas que nos acompañan.
No te pases con el vino estas fiestas y huye de hacerte preguntas como: ¿qué consejo te darías si pudieras volver al pasado? ¿Al pasado para qué? ¡Ni para coger carrerilla! Anda que se te ocurren unas cosas… ¡Feliz jueves!
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