La colmena
Magdalena Trillo
¡Ojos abiertos!
Querido ministro: Desde que España entera sabe que entre usted y yo hay, digamos, cierto feeling, me llueven los whatsapps diciéndome que, por favor, le pida tal o cual cosa y yo, que para esto de decir que no, no sirvo, pues le digo a todo el mundo que sí y, claro, cuando me he venido a dar cuenta tengo una lista que ni el ticket de los cupones del Carrefour, que no ha acabado de salir uno cuando ya está entrando otro.
Usted dirá que vaya petenera que tengo con el ministro de Transportes, pero de verdad que no es nada personal, que ya sabe que está entre mis favoritos. Además, a la de Hacienda (gracias por traerla y ganarla para la causa) prefiero no decirle nada, no vaya a ser que se dé cuenta de que existo, y con los demás, pues ni fu ni fa. Lo que pasa es que lo de su ministerio con nosotros, los de Huelva, viene de lejos. Ya le dije la semana pasada que entendiera lo del descreimiento general que hay con el asunto del Ave a pesar de que haya venido usted mismo, en carne y hueso, a contárnoslo, pero es que de esos ya hemos tenido dos antes, uno de cada, por equilibrar la balanza de la desvergüenza, y aquí seguimos, igual o peor. Hasta tuvimos una ministra en el Gobierno, fíjese, y ni por esas.
Supongo yo que el tiempo (que sea poco, por favor) y los hechos (que sean muchos, por favor) terminarán por darle la razón o por quitársela, pero mientras tanto sepa usted que aquí quedan muchas otras cosas por hacer, como adivinaría por la cantidad de preguntas que le hicieron el viernes, que tuvo que sentirse tan abrumado de tanta obra pendiente y tanto déficit inversor -preciso concepto acuñado por mi admirado Juanjo García del Hoyo- que creo que hasta llegó usted a perderse por la N-435, o eso al menos me pareció a mí. Como los de aquí de su partido (que ya podrían aprender de usted y leer El zurriago) no parece que lo tengan muy al día -están ellos en otras cosas, supongo-, he pensado que, ahora que somos amiguetes, podría contárselo yo mismo, que a mí no me importa, y de paso me voy quitando compromisos de encima, que como le digo la gente se ha enterado que me trae usted el AVE y hala, ancha es Castilla, y ahora todos quieren lo propio: que si los baches romperruedas de la A-49, que si el desdoble de la 435 (un día le enseño una foto que se hicieron los suyos en un balcón en Valverde), que si los trenes-diligencia que cuando no llegan tarde te dejan arrumbado en mitad de la nada, que si los conos para la playita en verano…
Ya le advierto que no debe tomárselo muy a pecho, pero es que, como llevamos tanto agravio acumulado, la lista es pa verla, así que he pensado que la próxima vez que venga podríamos reunirnos usted y yo. Como soy autónomo de los de buscarse la vida, no tengo despacho, pero mi bar de cabecera se llama La Oficina, así que podemos hacer el paripé de que vamos a trabajar a la oficina y nos tomamos una o dos cervecitas y así lo aclaramos todo en un momento. Y luego hasta podemos echarnos unas risas contando chistes de la Ayuso o de mi alcaldesa, que yo tengo para todos.
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