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Ignacio Martínez
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Ciertamente Huelva se mueve. Y no me estoy refiriendo al terremoto de 5,5 grados que notamos hace un mes, sino al movimiento de actividades que la ciudad viene experimentando últimamente.
Desde hace meses, la primera página de nuestro periódico, Huelva Información, nos viene dando a conocer el comienzo, el desarrollo o el final de obras que van cambiando la fisonomía de Huelva, o que, en un plazo más o menos largo, va a sorprender a los onubenses.
Nuestra ciudad lleva ya mucho tiempo dormida en laureles justos que deben dejar paso a un frenético cambio, y salir de los últimos lugares de escalafones que no vamos a recordar.
Me alegra conocer que otro edificio emblemático en el recuerdo del pasado va a ser rescatado: la antigua sede de Correos, levantada allá hace noventa y dos años (1932), en la zona de aquella Pescadería que todos conocimos con las redes secándose al sol, camino de la orilla del Odiel. Nos satisface, pero al mismo tiempo, vamos a echar de menos que Huelva no tenga una central de Correos como la ciudad merece. Nos conformaremos con que el servicio que debe dar a los ciudadanos, sea más eficiente y rápido, como sucedía hace muchos años.
En su lugar, el edificio actual, cerrado, va a convertirse en un Hotel, dicen que de lujo, de cinco estrellas, con arreglos de construcciones especiales y nueva planta superior. La idea es buena, pues si en verdad la ciudad cuenta con buenos hoteles, debemos pensar en ese futuro que todos soñamos. El lugar céntrico es bueno y debemos acercar un foco turístico a la ciudad que se nos va escapando a la provincia donde esta clase de clientes buscan la cercanía de la playa, y Huelva capital la tiene.
Si unimos esta noticia a esas otras aparecidas del aeropuerto, del aumento de tráfico portuario, del nuevo edificio de la Diputación Provincial, del Museo en la plaza de las Monjas, del centro cultural en el viejo cuartel del Paseo Santa Fe, de la nueva y soterrada Avenida de Hispanoamérica, de la consolidación comercial y de pasajeros con Canarias, de ese maná que dicen nos va a caer con el Hidrogeno Verde, con las numerosísimas obras que nuestro Ayuntamiento está efectuando en la capital, calles peatonales, ampliación de nuevas vías, la zona de Pescadería, de las Colonias, del Molino, etc., no podemos dudar de que Huelva se está moviendo, todavía lentamente, pero en marcha segura y esperada de todos.
Lo que no se mueve, y es fundamental para el presente y el futuro, son las comunicaciones ferroviarias. Es de pena. Así no podemos desarrollarnos, aunque el Gobierno diga que “estamos en el mejor momento de la historia para nuestros ferrocarriles”. Es increíble.
Todos recordamos aquella época pasada en la que los trenes se retrasaban, cuando todavía su fuerza motril era el carbón, pero llegaban a su destino. Ahora, con la modernidad, las electrificaciones y la propaganda, los trenes se paran en la mitad del camino, me refiero a la línea Sevilla-Huelva, y los viajeros sufren toda clase trasbordos y de incomodidades. ¡Como vamos a prosperar!
Cara y cruz de una misma moneda. O adecuamos soluciones o en caso contrario: ¡apaga y vámonos!
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