
NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Tómense en serio la Justicia
Diálogos cofrades
GUASA: ¡Qué raro fue verte en un certamen de bandas cofrades, Rancio! ¿Te crees que no te vi, al quite en las últimas filas?
RANCIO: No te creas, Guasa. Iba a misa a Las Agustinas y en plena plaza de las Monjas me topé con los sones cofrades de unos músicos con tricornio y otros que se llamaban “Los Gitanos”. Esa mezcla no podía acabar bien…
GUASA: Ja, ja, ja, ja. De hecho, no llegaron ni a tocar. ¡Vaya chaparrón que nos cayó! Me tuve que meter bajo los toldos del kiosco de las hamburguesas y, ya puesto, me comí un par de ellas.
RANCIO: ¡Hamburguesas un viernes de Cuaresma, por Dios! ¿Qué ha sido de la observancia piadosa de la santa vigilia? Yo me refugié en el templo, a los pies del sagrario agustino, donde las tormentas se disipan en un cielo azul Consolación, con estrellas engarzadas por la correa del santo de Hipona.
GUASA: Ojú, ya me saltaste con otro de tus típicos sermones. Oye, ¿te gustó ver al Cristo de Los Estudiantes en la cárcel? Alguno se tendría que haber quedado allí para siempre, como el “malaje” del capataz, que me ha vuelto a dejar fuera del misterio de la Burra.
RANCIO: Pues don Emilio, el cura agustino, me ha contado que los presos vivieron experiencias muy emotivas portando al Cristo. Creo que esa es la principal misión de las cofradías: acercar la figura de Jesucristo a quien no frecuenta su mística presencia. ¡Y qué mejor sitio! Desgraciadamente, hay muchas historias personales atrapadas entre esos muros. Fue un gran gesto de la hermandad.
GUASA: Pues yo este tema lo veo raro, raro, raro... En fin, las cosas que se inventan los curas, cuando lo más fácil es dejar que algunos presos pudieran vivir esa experiencia en una cofradía como el preso que liberan en Málaga o antiguamente aquí, la hermandad de las Tres Caídas. Por cierto, hablando de los estrenos de este año, vamos a comentar la pedazo de bambalina que ha hecho Paquili para Pasión, ¿no? A mí me ha encantado todo el trabajo realizado, incluso el cambio de color a morado.
RANCIO: Pues mira, en esa hermandad, para lo grande que es, han ido muy despacio en cuanto a la reforma del palio se refiere, pero también es verdad que todo lo que realizan lo hacen con mucho gusto y calidad. De hecho, creo que es el único palio con varales de plata de ley, ¿no? O quizás, los nuevos de la Esperanza, que también serán primorosos. Otro palio que está en plena reforma y en el que se están realizando muy buenas piezas de orfebrería. Pronto estrenarán las bambalinas, que prometen ser una obra espectacular de Charo Bernardino.
GUASA: Hombre, es que la Esperanza no podía ir con un palio de segunda mano, Rancio. Además, conozco a algunos de la hermandad que prefieren las actuales y no las nuevas, ¿tú te crees?
RANCIO: Bueno, Guasa, eso de que hayan pertenecido anteriormente a otra hermandad no quiere decir nada. De segunda mano también es el magnífico manto bordado en hojilla que luce la Virgen de los Dolores de la Oración y no veo que nadie cuestione el detalle de la procedencia…
GUASA: Ahí me has dado… Cambiando de tema y antes de que me vaya: fui al Polvorín a ver el Vía Crucis del Cristo de la Cena. Me sentí un poco desplazado al no poder acceder a la plaza donde se estaban desarrollando los rezos, así que me limité a esperar allí abajo hablando con los conocidos que vi, hasta que pude acompañar al Cristo durante el corto traslado. Estuvo muy bien con ese acompañamiento musical de la hermandad y tocando las Saetas del Silencio.
RANCIO: Pues yo lo viví de otra forma, Guasa. En cuanto al acompañamiento musical que me indicas, mejor ni hablamos. Es lo que pasa con las hermandades que quieren ser de silencio durante un día. Lo mejor es que cada una se muestre como es. Acompañé a la sagrada imagen con un cirio y participé activamente en el rezo de las estaciones, pero, como dices, me pareció un marco pequeño, demasiado recogido y que solo permitía la participación de los representantes de las hermandades que estaban en la plaza. Definitivamente, creo que el marco idóneo para este acto es la plaza de San Pedro o, mejor aún, La Merced.
GUASA: ¡La plaza de La Merced mejor, que ha quedado de dulce! Ahí sí que cabemos todos y el decorado arquitectónico es magnífico. Es un marco ideal, recibiendo el abrazo maternal de las espadañas de la Catedral.
RANCIO: Vaya pregón infantil de barrio te has marcado, Guasa... Me voy al viacrucis del Buen Viaje, por el porche mercedario y por la universidad, que tiene que ser una gloria. Nos vemos pronto, hermano.
GUASA: Qué te gusta un viacrucis, Rancio… ¡Esto ya está aquí!
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