El Malacate
Javier Ronchel
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La noticia me impactó. Una auténtica sorpresa, Un jarro de agua fría. Los partidos políticos suelen hacer así las cosas. No sé si para bien, pero los entresijos en los que se mueven suelen darnos estos cambios de timón.
Carmelo Romero Hernández deja la alcaldía de Palos de la Frontera. No me lo podía imaginar. Le conozco desde hace más de cincuenta años, y he presenciado en su etapa como alcalde el transformar un pueblo. Tuve la suerte de verle llegar a la política local de mano de una gran mujer como fue Pilar Pulgar, que bien pronto se dio cuenta de la valía de aquel joven con ganas de trabajar por su pueblo y, cuando le llegó la hora de relevar a tan magnífica alcaldesa, no sólo cogió las riendas de su pueblo, sino que con ímpetu fantástico lo lanzó a la modernidad, al desarrollo y a un auge social y emprendedor que lo hicieron de los más importantes de la provincia.
Y ahora, en plenitud de prestigio, responsabilidad política y de éxito municipal, nos llega la noticia de que deja la alcaldía, siguiendo, a mi parecer, consejos de su partido.
Carmelo, varias veces diputado nacional, en el ejercicio actual de senador, y siempre como alcalde, ha sabido llevar la nueva carabela palerma a un destino que se presenta fuerte en ilusiones, desarrollo y economía. Siempre supo velar por los intereses de Palos de la Frontera y ha puesto a su pueblo en primera línea en muchos aspectos de nuestra provincia.
Para mí fue un entrañable colaborador, único, decidido, apasionado en todo lo referente a la historia colombina palerma. Fue, y es, un leal amigo con el que compartí muchas horas de afanes a ese lugar, elegido por la Providencia, punto alfa de la Historia Universal. El trabajo de Carmelo, en pro de Palos, lo conozco de primera mano, y lo certifico con mi presencia en la vida del pueblo, junto a su mandato por cerca de medio siglo. Hombre serio, callado, responsable, pero con una iniciativa que desborda sus sentimientos.
Quien desde toda su vida ha palpitado con los mismos latidos de fe, entrega, trabajo y sacrificio no exento de la problemática que acarrea gobernar, hoy deja la alcaldía con la alegría de haberlo dado todo para que su pueblo sea otro distinto en lo urbano, económico, industrial, y el pesar, no lo dudo, de saber la gran labor comenzada y sin terminar,
Como amigo agradecido en primer lugar, y como Hijo Adoptivo de Palos de la Frontera, quiero refrendar a vuela pluma, en estos omentos de la noticia de su marcha, la categoría humana, la valía y la realidad política de Carmelo, que deja su cargo al filo de un fecha cumbre: el 12 de Octubre Descubridor de América que no hubiera sido posible si antes, un 3 de agosto, su pueblo, Palos, no se hubiera lanzado a una aventura triunfal bajo la protección de la Virgen de los Milagros, Santa María de la Rábida, como él mismo ha hecho durante esta larga etapa municipal que deja bien en alto para la historia. Carmelo, gracias por ser mi amigo.
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