04 de julio 2024 - 03:07

La llegada del verano nos deparó una agradable noticia: en la sede sevillana del Parlamento Andaluz se descubría un busto, en homenaje y memoria a una gran figura política de nuestra tierra: Manuel Clavero Arévalo.

Como amigo y admirador de este gran profesor universitario, he sentido una gran alegría por este reconocimiento. A Manuel Clavero, aparte de la política, existen numerosas cosas y hechos para que le tengamos siempre presente en nuestro recuerdo.

Fue un gran ministro del Gobierno español, ecuánime, justo, generoso y de una tacha moral indiscutible. Durante su mandato se preocupó de infinidad de cosas, muchas de ellas desconocidas, que algunos tuvimos la suerte de ver y comprobar su eficacia.

La figura de Manuel Clavero Arévalo y su labor profesional ha tenido muchos puntos de contacto con Huelva. Conocía como nadie nuestra Historia y era un admirador de la belleza de nuestra provincia, especialmente la costa. Punta Umbría era su centro veraniego en su casa casi lindante con la ría y sus paseos diarios a la playa nos daban la imagen de alguien que amaba a este pueblo marinero, Muchas horas he pasado, sentado en la orilla, junto al mar, de conversación sobre temas onubenses a los que siempre atendía con cariño y prontitud.

En el deporte ayudó a instituciones, como el Club de Tenis de Punta, en lo histórico mostró su ayuda al Monasterio de La Rábida, era un apasionado de la fiesta taurina, donde ponía en valor a los toreros de nuestra tierra. Recuerdo un día en que lo presenté, en una conferencia, en la Tertulia de Miguel Báez “Litri”, en el barrio del Matadero, en que nos dio una lección inolvidable de las dinastías toreras de Huelva. Tuve la suerte de acompañarle a la inauguración de nuestra recordada plaza de toros junto a la ría del Odiel, donde me dio una clase de tauromaquia, amena y profunda.

Gracias a él, tuvimos un periódico moderno, con maquinaria de última hora, que años después, los cambios políticos que llegaron enviaron al otro extremo mediterráneo de la nación. Clavero fue maestro de maestros de la abogacía andaluza. Hombre religioso y amante de las tradiciones. ¡Cuánta veces charlábamos al final de las Misas dominicales, al aire libre, sobre la arena puntaumbrieña…!

En la política demostró su amplia visión, tolerancia y rectitud. Puso a Andalucía en igualdad con las llamadas Comunidades Históricas, acuñó la popular frase “café para todos”. Artífice del Estado de las Autonomías. Su capacidad de análisis la mantuvo, con esplendida memoria, hasta el final de sus días.

Seguiría contando cosas de don Manuel, para mí siempre el recordado amigo Manolo Clavero.

Multitud de abogados onubenses salieron de sus manos, como también algunos políticos distinguidos de nuestra provincia.

Ahora, gracias al presidente de la Junta de Andalucía, y al del Parlamento, se le ha rendido un justo y esperado homenaje al que nos unimos de corazón.

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