Las Colombinas se acercan

Como dice la letrilla, aunque me voy no me voy, y aunque me voy no me ausento… y vuelvo de nuevo, una semana más, para deleite de solo unos pocos, y sofoco de otros muchos.

Hablando de sofoco, por cierto, ha sido gigantesco el que me he llevado esta semana tras leer: “Miranda se encerrará en La Merced con 6 toros de diferentes ganaderías”. Mi mala cabeza por un momento voló: desde el callejón mercedario, y con sones de Nerva, contemplaba el paseíllo de Miranda y su cuadrilla, augurando tarde de éxito. Éxito rotundo en sus seis toros desde el picaor, José Manuel Moreno, hasta el banderillero, un tal Paco Muñoz que apunta maneras y me traía a la memoria recuerdos de El Soro. Paco estuvo sensacional, fue de menos a más avivando el tendido en sus correspondientes tercios. Pero, afortunadamente, esto tan solo fue un malentendido muy chungo, debido a la presentación del cartel taurino de Colombinas.

Por cierto, recuerdo que se habló que dicho recinto, el de Colombinas, iba a ser reubicado, pero ahora resulta que no va a ser así y se queda dónde está. Al paso que vamos, yo diría que tenemos un Recinto Colombino único, un recinto ferial de renting, que es renovable por cada cuatro años.

Lo que sí parece que va a ser reubicados es el Real Club Recreativo de Tenis, precisamente en los terrenos que supuestamente iban a ser para las Fiestas Colombinas. ¿O no? ¡Qué jaleo!

El tenis, en el tiro de pichón, y el juez de silla, desde el Monajuana, cantando las bolas malas con un buen verdejo fresquito de esos que le gustaban a mi amiga; y a la misma vez, aprovechando la altura de su silla, dirige el tráfico y avisa del tráfico denso por el Puente Sifón, que, por cierto, ¡¡sigue a oscuras!! En fin, no pasa nada, oye: mañana nos dan 57 banderas azules por las excelentes calidades de nuestras playas, ¡y tan poco estamos tan mal!

Aprovechando la coyuntura, comunico que dado el trato tan maravilloso recibido en su Romería de la Bella por Bella Verano, Elena Vélez, Manuel Andrés, etc, este año, mi segunda residencia dejará de ser Punta Umbría y la playa de mi Canaleta de mis entrañas, y disfrutaré de Nueva Umbría, La Antilla e Islantilla. Con este cambio gano, invirtiendo las horas de búsqueda de aparcamientos, y todo el coste que eso supone, en el baño en sus aguas frías, tan beneficiosas para la salud. ¡Eso dicen! De momento, esto no es que lo lleve muy bien. ¡Os iré contando!