Alto y claro
José Antonio Carrizosa
La confianza está rota
Huelva ya está envuelta en esa brisa única que agosto le regala cada año en su comienzo veraniego.
No es ningún misterio, estamos llenos de una alegría que proclaman nuestras fiestas principales del año. Estamos en el entusiasmo onubense de las Fiestas Colombinas.
Pero quizás algunos onubenses no recuerden cómo nacieron estos días de júbilo colombino.
Finalizaba el siglo XIX y nuestros antepasados, siempre orgullosos de sus tradiciones y de su Historia, dejaban escapar fechas tan inmortales para Huelva y para toda nuestra nación como era la del día 3 de Agosto, que se tenía un poco olvidada en el aspecto popular. Y fue entonces cuando salió adelante con todo espíritu patriótico onubense una Sociedad que había nacido un 21 de marzo de 1.880, con el nombre de Colombina y el apellido de Onubense, para arreglar aquel olvido.
La Sociedad Colombina Onubense, que muy pronto obtendría el título de Real, presentó su proyecto al Ayuntamiento de la ciudad, que fue quien con todo entusiasmo lo apoyó para organizar unos festejos populares, a la orilla del Odiel, que hicieran vivir a la población el recuerdo y la importancia de lo que estaban celebrando.
Y así, lo que había nacido con la protección primera de la Diputación Provincial un año antes, se potenció con la entrega del Ayuntamiento y el trabajo y esfuerzo de la Sociedad promotora.
Desde entonces, y hasta ahora, Huelva vive estas fechas con carácter especial, ya que no se trata de una Feria más, sino que por su cuna, tienen nombre de Fiestas que exaltan la salida de las Carabelas Descubridoras de América y el orgullo de un pueblo marinero como el nuestro, que permanece eternamente reivindicando su prioridad y protagonismo desde ese Portal de Belén americano que es La Rábida, sagrario que cobija la Historia y cirio encendido que alumbra en su humildad toda la grandeza de un pueblo, como Palos de la Frontera, con Moguer y los Lugares Colombinos que mantienen viva la esencia más española de nuestra tierra andaluza, siempre apoyada y unida a la Comunidad ravideña y a la Armada Española.
Hoy, al paso de los años, los festejos populares van en aumento, con una Feria taurina, un Trofeo del futbol, espectáculos de masas, Regatas y competiciones deportivas, atracciones variadas, sin faltar la solemnidad de las efemérides religiosas y culturales con acento histórico entre los venerables muros franciscanos del convento señalado como “Cuna de América”.
Las Colombina son fiestas para el pueblo, disfrutadas en la noche estival y junto al río Odiel. Nunca, jamás, deben ser cambiadas de lugar, es allí, donde están, donde se respira mejor y con más verdad y entusiasmo nuestra auténtica Historia Marinera de alcance mundial.
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