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Ignacio Martínez
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Llega el 15 de Agosto, quizás la fecha cumbre del estío, adornada con el sobrenombre de la Virgen de Agosto.
Día grande en su concepto religioso y día jubiloso en la apoteosis de las vacaciones.
La tradición de esta celebración hace que miles de pueblos en toda la nación exalten sus fiestas principales, dándole ese tono alegre, jovial y desenfadado que la estación del año le ofrece.
De aquí en adelante, hasta la llegada de septiembre, el color del verano comienza a decrecer. Hay quien dice que pasadas las Fiestas Colombinas en las playas, ya al atardecer, vuelve a sentirse un airecillo fresco, pero mientras tanto el verano sigue con su fuerza característica y las citas turísticas se mantienen con todo su empuje.
Punta Umbría, la playa más netamente onubense por su cercanía a la capital, y no en balde, por mantener su título de decana en el turismo veraniego de la provincia, siempre ha sabido dar a esta fiesta grande de estío la tradición marinera de su procesión por la ría con la imagen de la Virgen del Carmen.
Cuando ahora vemos la grandeza y solemnidad de una procesión rodeada de embarcaciones, ante miles de personas contemplándola en la orilla, desde la Canaleta hasta la zona de la Peguera, nuestros recuerdos se van a esa estampa que tantas veces he descrito en mis libros sobre Punta Umbría, de una pequeña lancha adornada con hojas de palmas, y donde una pequeña imagen carmelitana surcaba la aguas azules bajo un palio de cielo que, al caer la tarde, se teñía de vivos colores malvas y rojizos en el horizonte.
En aquella procesión, las figuras de sus promotores, la familia Mazo-Toscano y el alma que impulsaba las devociones de los asistentes, a la que se unían muchos veraneantes de la colonia inglesa de la RTC, y la constante presencia de nuestro recordado sacerdote D. Alejandro Cano. Todas quedarán para la historia de este bello y paradisiaco enclave de nuestra costa. Esas fotos de las primeras procesiones fueron inmortalizadas para la historia en el viejo álbum de un matrimonio inglés que veraneaba en Punta Umbría. Una de ellas llegó a mis manos a través de esa gran mujer, auténtica historia de nuestro pueblo, que fue Rosario Toscano. Esa imagen, teñida con los colores sepia del tiempo, la reproduje en mis libros sobre Punta, y en un precioso Álbum que hicimos para “Huelva Información”.
Aquellos 15 de agosto, como el de hoy, marcan un sentido especial en el estío onubense. Fecha cumbre del verano, donde una vez más la devoción del pueblo saca a su Virgen a pasear por las aguas llenas de un entusiasmo popular que da fuerza a la fe y a la tradición de una provincia marinera que sueña a su Virgen sobre el altar de las olas de un amor encendido y sincero.
Hoy, Punta Umbría, como otros tantos lugares de la provincia, arde en sus fiestas anuales dando fuerza a unas vacaciones que aquí, junto al Atlántico, son siempre más bellas y esperadas.
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