Alto y claro
José Antonio Carrizosa
La confianza está rota
El Malacate
Huelva/Huelva llega a este nuevo curso político tras el verano con demasiadas asignaturas pendientes. Las conexiones ferroviarias, el AVE Sevilla-Huelva-Faro, el CEUS, el hospital Materno-Infantil, el déficit de médicos, las listas de espera sanitarias, la autovía de la Sierra, el tercer carril para la A-49, la presa de Alcolea, el túnel de San Silvestre, los accesos al Chare de Lepe, un nuevo puente en la capital para la salida a las playas, el aeropuerto, el edificio de Hacienda, el Museo de Bellas Artes en el Banco de España, el nuevo Arqueológico en el Museo actual, el nuevo Archivo Histórico Provincial, la recuperación del cabezo de La Joya, Mondaca y el Conquero, el Parque del Ferrocarril, la nueva Plaza Mayor del Carmen, el edificio de Santa Fe, la reforma de la plaza de San Pedro, la Ciudad de la Justicia, el Mercado de San Sebastián, la recuperación de la antigua estación y el Colegio de Ferroviarios...
Llega esta provincia, en algunas de esas materias, con la lección aprendida y todo de cara para aprobar. Pero ni aún así las tiene todas consigo. Porque ya se le acumulan los cursos en los que parecía que iba a sacarlas adelante, y con nota, y luego se ha quedado con un suspenso. Como tantas obras y actuaciones comprometidas que han caído en un limbo, que es más oscuro en la provincia de Huelva que en ninguna otra.
La retahila de actuaciones pendientes se ha convertido en un soniquete que nos martillea el oído a casi todos los onubenses; el de los representantes públicos parece a salvo de esa tortura. Es una lista constante, que mínimamente se acorta. Cada curso se repite sin que se terminen de ejecutar esas grandes inversiones esperadas. Hay algunos significativos avances, e incluso las hay ya finalizadas, pero a lo largo de este año se les ha privado a los onubenses de esa satisfacción que proporciona verlas inauguradas y en marcha. Y aunque quede sólo esa guinda por coronar, después de años de espera, décadas, el pastel pierde todo el dulzor. Y sólo se aumenta el escepticismo en una provincia poblada por descreídos.
Hay buenas perspectivas y algo ha cambiado el panorama respecto al que teníamos un año atrás, como para ser optimistas. Porque es cierto que no hay que caer tampoco en un derrotismo generalizado. Pero es verdad también que los onubenses acumulamos tantas decepciones durante tanto tiempo que es natural que ahora cualquier atisbo de mejora de la situación se acoja con algo de recelo, rehuyendo de lo que sería un peligroso conformismo que tampoco estamos muy dispuestos a asumir. Ni más esperas. Sin impaciencia y por hartazgo. Es hora de ver resultados.
En Huelva capital ha entrado septiembre con novedades reales. La reurbanización del centro ha liberado el último tramo de la calle Puerto, mientras siguen a muy buen ritmo las obras en San Pedro y hace un mes que se disfruta de la nueva plaza de la Merced, que ha recuperado a la vista de todos la catedral y el antiguo convento mercedario.Queda pendiente la reapertura de la antigua comisaría y mercado de Santa Fe, retrasada por contratiempos con los materiales, y el Mercado de San Sebastián, que ya ha superado los suyos. Pero en este curso se tendrá que acabar lo que hay en marcha, empezar en Isaac Peral en unos días y presentar el nuevo nudo de La Palmera.
Estos meses se espera también el inicio de las obras en la antigua estación y viejo Colegio de Ferroviarios, tras un año de ejemplar ejecución de un proyecto ambicioso por parte de la Diputación. Como también se ha desbloqueado el de la Ciudad de la Justicia, que parece muy cerca, si se cumplen los plazos, en la zona del Ensanche Sur, que debe despegar.
Los lunares siguen en los antiguos edificios de Hacienda y del Banco de España, como la eterna obra del Archivo Histórico Provincial. Es necesario que se presenten avances significativos, aunque el primero de ellos parece en marcha ya sin más parones tras la retirada de los restos arqueológicos que luego serán restituidos en la nueva Delegación del Gobierno. El de la Subdelegación estatal, en la misma Gran Vía, sigue cerrado y con las dependencias en alquiler.
Desde el mes de junio, para cuando se anunció su visita a la provincia de Huelva, seguimos esperando al ministro de Transportes, Óscar Puente. Prometió venir para plantear soluciones a las vergonzosas conexiones ferroviarias que sufre Huelva, y aunque su aportación no tendrá que ver con el AVE que la conecte con Portugal y el resto de la malla nacional, al menos será un gesto a valorar. Y si llega en el Alvia desde Madrid, o en el Media Distancia desde Sevilla, mucho mejor. El avión lo debe descartar y por carretera, no hace falta que llegue por la Sierra, que ya no hay carril único desde Sevilla en la A-49, le dirán.
La espera por la ministra Margarita Robles es mucho mayor. El CEUS, el espectacular centro de desarrollo de aviones no tripulados que el INTA ha construido en Moguer, está acabado pero sin inaugurar. Iba a hacerlo en diciembre pasado y sigue la espera, como la ejecución del nuevo túnel de San Silvestre, que debió comenzar antes de 2025 y del que no se sabe nada más. De Alcolea y el resto de infraestructuras para el abastecimiento de agua no hay tampoco novedades. Y una nueva campaña sin lluvias volverá a encender la alarma de una necesidad más acuciante en épocas de sequía, que en Huelva debería ser menor.
Quedan pendientes los accesos del Chare de Lepe, con la obra paralizada para acumular más retrasos, y el hospital Materno-Infantil en la única provincia andaluza que carece de él, aunque con la promesa del presidente andaluz de que empezarán sus obras antes de que acabe este año. Antes debería atenderse el gran déficit de médicos que hay especialmente en Huelva o ver qué ocurre con el resto de chares del Condado y la Sierra. Un no parar. Porque la lista, sea sanidad, infraestructuras de comunicación, agua o educación, es enorme aquí.
Por eso, como siempre, y más en este nuevo curso que empezamos con tanta tarea pendiente, hace falta actuar, sin más promesas ni trifulcas políticas. Lo hemos visto esta semana. Un proyecto estancado 20 años ha dado un pasito adelante gracias al diálogo, la colaboración y el compromiso de trabajo para hacerlo realidad entre dos administraciones de distinto color político. Unidad, lealtad y compromiso real. Con Huelva y los onubenses, que nunca debemos renunciar a reclamar lo que corresponde con ambición. Y todo lo demás, seguro, llegará.
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