El microscopio
Sí hay debate
Votamos. Con calor, por correo, a primera hora de la mañana, a última hora de la tarde... Votamos y hemos elegido el Parlamento que debe proponer al Jefe del Estado el nombre del futuro presidente de gobierno. Parece que la Antiespaña de la que hablaba Feijoo – O España o Sánchez- ha triunfado en estas elecciones. Quien quiera ser presidente de gobierno tendrá que dialogar y llegar a acuerdos con toda esa horda de filoetarras, traidores a la patria e independentistas. Y es que esa España plural y diversa es la España real, es la España que hay que reconocer si se quiere gobernar y aprobar aquellas leyes que se vean necesarias para el avance y el progreso. España no es una, grande y libre. Hay muchas españas en España y con ellas habrá que contar para construir un país más digno y mejor. España va más allá de Madrid, más allá de Covadonga y Don Pelayo.
Ahora toca dialogar, llegar a acuerdos y esos acuerdos no pueden ni deben olvidar que la democracia debe entenderse como un proyecto de vida en común y debe colocar en su centro a los empobrecidos, a los precarizados, a los excluidos. No hay que olvidar que las desigualdades acaban con el proyecto democrático, que el empobrecimiento y la exclusión dejan la democracia sin sustancia. Y cuando sólo hablamos de votos y mayorías se esconde y se enmascara la realidad. Una democracia digna es una democracia que resuelva la causa estructural de la pobreza, que resuelva la desigualdad, que destierre la corrupción, que cree un proyecto de sociedad y de futuro en el que prime la solidaridad, en el que las pensiones sean dignas, el trabajo decente, la vivienda un derecho inalienable, la sanidad una sanidad preocupada por los que peor lo pasan, la educación pública y de calidad; un proyecto de sociedad pensado desde el bien común y no desde el bien de unos pocos.
Este país debe seguir profundizando en políticas sociales a largo plazo, este país necesita puentes y no muros, diálogo y no confrontación. Este país necesita una democracia construida desde la defensa de la mujer explotada y maltratada, desde el respeto a la diversidad sexual, desde los inmigrantes que llegan buscando un trabajo que les permita vivir como personas, desde la acogida de refugiados que huyen de la muerte, desde el cuidado de un medio ambiente cada vez más deteriorado. No pido mucho, sólo vivir desde la dignidad de ser humanos. Resolver los problemas de este país es resolver los problemas de los que más sufren.
También te puede interesar
El microscopio
Sí hay debate
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
La otra orilla
Víctor Rodríguez
Microecología
El catalejo
La nueva ministra
Lo último