El catalejo
¿Que no hay impunidad?
En el año 1966, Raimon publicó la canción “Diguem no”, en la que invitaba a oponerse a la dictadura franquista. “Hemos visto el hambre ser pan de los trabajadores, hemos visto en prisión hombres cargados de razón. No, yo digo no, digamos no”. Ha llovido mucho desde entonces. Hemos logrado avances. Vivimos en democracia. Elegimos a nuestros gobernantes y, sin embargo, peligran nuestras libertades, peligra la justicia social, peligra la igualdad de género… Se hace necesario y urgente volver a decir no. Yo, como Raimon, digo no y os invito a que digamos no.
Digamos no al racismo que causa hambre y muerte, digamos no al machismo y a la violencia contra las mujeres, digamos no a la demonización del colectivo LGTBQ+ en tantas partes del mundo, digamos no a las políticas ultraderechistas y fascistas que favorecen el odio y la persecución del diferente, digamos no a Milei, Meloni, Abascal y Trump. Digamos no a los desahucios, al trabajo precario, a la explotación laboral, a la discriminación por sexos, a la privatización de lo público.
Digamos, diguem no a la injusticia, al comercio de armas, a la deshumanización, a las guerras que asesinan a niños, mujeres, hombres, ancianos y ancianas, guerras que destruyen sueños, planes de vida… Diguem, digamos no a la destrucción del planeta, al economicismo que coloca los beneficios por delante de las personas, digamos, diguem no a la mentira y el bulo, a la corrupción, a la violencia, a la miseria y a la pobreza. Digamos no, diguem no al hambre, a la desnutrición y al negacionismo.
Ya va siendo hora de volver a la calle, de retomar la lucha, de gritar basta a tanta vuelta atrás. Defendamos lo conquistado, tras años de lucha, avancemos hacia el futuro reivindicando lo nuevo que florece, la alegría de la justicia, el encuentro de lo diverso, la unidad de la lucha. Con nuestro puedo y nuestro quiero conquistemos pequeños espacios de felicidad, pequeños espacios de ternura, pequeños espacios de solidaridad para decir sí a la vida, a la paz, a la igualdad, a la educación, a la sanidad, al aire puro, al trabajo digno y a poder amar en libertad. Digamos, diguem sí al que viene de fuera; diguem, digamos sí a la razón y el diálogo, al abrazo fraterno…
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