¿Entonces viene el AVE a Huelva?

El Malacate

El Gobierno ha rectificado y se compromete a incluir la ciudad en el mapa nacional de la alta velocidad

Se avanzará como nunca antes pero la desconfianza sigue ante la enésima promesa

El Malacate: ¿Pero qué tren viene a Huelva?

Primeras pruebas de AVE en Granada hace cuatro años y medio.
Primeras pruebas de AVE en Granada hace cuatro años y medio. / Carlos Gil

02 de febrero 2025 - 03:30

Huelva/Incógnita despejada. El Ministerio de Transportes apuesta definitivamente por el AVE para Huelva. Ahora sí. El Gobierno se ha comprometido a hacer la línea de alta velocidad Huelva-Sevilla. Será un trazado completamente nuevo, de 95 kilómetros en ancho internacional y doble vía, que permitirá a los trenes alcanzar una velocidad de 350km/h y cubrir el trayecto entre las dos ciudades en sólo 25 minutos; 30 minutos para los servicios que paren en la única estación intermedia, la de La Palma del Condado. Tendrá una inversión total de 1.608 millones de euros y en menos de un mes se publicará la licitación para la redacción de los proyectos de los cinco tramos que componen la línea completa. Esa nueva plataforma a construir permitirá la integración de Huelva en la red española de alta velocidad, acabará con su aislamiento y la hará accesible en viaje directo casi para cualquier punto de España que forme parte de esa gran malla ferroviaria del siglo XXI. Y además convivirá con la línea convencional actual, que se mantendrá operativa para trenes de mercancías y de cercanías, aunque también la nueva línea estará habilitada para el transporte de carga. Resumiendo: este compromiso con Huelva aseguraría la llegada del AVE, sin más eufemismos; el mismo AVE que se reclama y que viene prometiéndose a los onubenses hace 35 años.

Hay que celebrar que el Gobierno haya rectificado y cambiado los planes que ha defendido para el ferrocarril de Huelva en el último año, hasta la recta final de 2024. Ahora, como ya queda claro, se descartan las propuestas alternativas que, aseguraban, eran más viables. Ya no se hará ese baipás de 45 kilómetros en la línea actual de ancho ibérico entre La Palma y Sevilla, que iba a reducir hasta los 50 minutos el tiempo de viaje. Ya no se evita hablar de AVE porque ya no se antepone la defensa de la “velocidad alta”, y tampoco se interpreta como un obstáculo el presupuesto total, porque más vale una inversión real de futuro que una mala solución de presente, por muy económica que sea, si va a seguir hipotecando el desarrollo socioeconómico de Huelva.

Es justo agradecer al ministro Óscar Puente que aclarase en persona todas nuestras dudas y dejara expreso el compromiso del Gobierno con la provincia y con su infraestructura más demandada. Más vale tarde que nunca.

Puede que haya pesado la presión social y política ejercida en los últimos meses para que llegara esa apuesta por la auténtica alta velocidad. Quizá han sido los técnicos de Transportes quienes han coincidido en el valor aquí de una inversión de esta envergadura. El propio ministro Puente defendió el poder para transformar territorios y generar nuevas oportunidades que tiene el AVE allá donde llega, un empuje para el crecimiento de la ciudad gracias a esa mejor comunicación sumada a su mayor calidad de vida.

Es inevitable que nos ilusione y nos lleve a evocar ese escenario proyectado para imaginar esos viajes en tren a Sevilla en menos de media hora. Más cerca que nunca del resto de España. Y que nos adentremos en un futuro tantas veces soñado, aunque tengamos aún por delante ocho años, seguramentediez, en el mejor de los casos, que de entrada es el presentado y prometido el viernes. Ese que dice que no habrá más trabas técnicas ni económicas. Ni vuelta atrás. Y que todo irá a partir de ahora rodado, sin pausas.

No se han dado plazos pero será difícil bajar de diez años; tiempo para diálogo y unidad

Las dudas se despejan y vuelve la ilusión. Pero contenida, con efecto de corto plazo. Porque el escepticismo permanece. No es que los onubenses seamos desconfiados por naturaleza, es que las promesas políticas nos han hecho así. Y antes que la genética, pesa más la decepción continua, que nos ha horadado la moral durante años y nos lleva a ser abanderados del desencanto.

No es la primera vez que viene a Huelva un ministro del ramo, acompañado por el responsable de Adif y otros altos cargos del Gobierno, entre planos, maquetas, plazos y cifras de inversión, que luego se han perdido entre discursos vacuos. De ahí viene la indignación, el inconformismo, la exigencia y el agnosticismo político de la provincia.

El propio ministro Puente admitió el otro día que los onubenses podamos ser los campeones del descreimiento en España. Y eso explica hasta que su anuncio del viernes no haya sido ni una de las tres noticias más leídas del día. El cuento del lobo a la inversa, con el mismo efecto.

Partido a partido, como Alcaraz

Lo nuestro es la cautela, la prudencia y, también, mirar partido a partido, aunque sin ser del Cholo Simeone, porque aquí teníamos unos años antes a Lucas Alcaraz en el Recre enseñándonos el camino de los humildes.

Ahora toca, primero, ver esa licitación prometida, seguramente antes de lo previsto. Ojalá este mes. Luego, ver esos proyectos listos, puede que no antes de un par de años, como se ha visto también en Cantabria estos meses. Y a continuación, sin más demora, y más importante, la licitación de las obras. Cinco por delante, por los mismos tramos que tiene la línea, que tampoco se ejecutarán simultáneamente. Pero que empiece la construcción de viaductos, túneles y vías sin más excusas para su retraso. Porque la DIA caducará en diciembre de 2028, como ya ocurrió en otra ocasión, si antes no hay obras. Y lo volveremos a perder todo. No es pesimismo, es la visión realista que nos da la experiencia acumulada en este tema.

Dijo el ministro que el AVE llegará a Huelva “tan rápido como sea posible”, y eso parece que no será antes de 2035, sólo siguiendo el cauce normal de actuaciones de este tipo. Lo firmamos. Y si puede ser en 2033, mejor. Aunque se ha cuidado el Ministerio de dar fechas a tan largo plazo.

Otra prueba de fuego serán los Presupuestos Generales del Estado, con la proyección de la inversión en años sucesivos: 1.608 millones de euros a consignar y repartir, comprometidos de verdad.

Hay, además, un contexto preelectoral que marca también el anuncio ministerial. Presente estaba el viernes también la vicepresidenta María Jesús Montero para avalar la inversión como ministra de Hacienda, pero también como nueva secretaria general socialista andaluza, con el cometido de recuperar la Junta para su partido. Y esta promesa debe ser también un aval de su Gobierno ante los onubenses, a los que no se pueden incumplir más promesas en Huelva sin que tenga un alto coste en las urnas. Por eso ya no se cree que vaya a fallar en ese sentido el Gobierno. Éste o el que le sucediera, si hay un cambio más adelante.

Lo de Faro habrá que dejarlo para otro día. Esa salida hacia el Algarve es vital para Huelva y para Andalucía, aunque parece que no es prioritaria para Portugal por el momento. Sigue 2050 en el horizonte para Europa.

Pero la guinda del pastel sería el diálogo entre administraciones. Dar una oportunidad a la buena política, colaborativa, para sacar este proyecto y alguno más pendiente. Quedan muchos años y lo mejor es ir de la mano. Sin celos.

No es lógico que las autoridades locales, con la alcaldesa, Pilar Miranda, a la cabeza, se tuvieran que enterar al mismo tiempo que el resto de los mortales. Faltó lealtad institucional para darle más peso al anuncio. Aunque también en esto hay tiempo para rectificar. Nunca es tarde. Por el bien de todos.

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