Enhebrando
Que no pare la fiesta
Desde mi córner
Final de prestigio indudable la que cerrará esta Eurocopa que pliega velas pasado mañana junto a la Puerta de Brandeburgo. Inédita final entre dos campeones del mundo tras haberse quedado en el camino Italia, Alemania y Francia. Todos liquidados por esta España que tiene a todo el país remando al unísono, que ojalá fuese así en todos los órdenes de la vida. Pero no, es uno de esos milagros que sólo el fútbol proporciona.
Será Inglaterra el último obstáculo que se encontrará España en el camino y mirando a lo de pasado mañana se nos vienen a la memoria algunas coincidencias que tuvimos con los inventores. Y recuerdo principalísimo es lo ocurrido en el Mundial de Brasil de 1950 cuando la voz emocionada y emocionante de Matías Prats nos contaba que Telmo Zarra había batido a Williams en Maracaná. Y aquello hasta dio para que la cabeza de Zarra se comparase con la de Sir Winston Churchill.
Aquel triunfo sobre la Pérfida Albion le dio un juego tremendo al Régimen para publicitarse allende las fronteras. Después apenas hubo algún motivo de satisfacción y la verdad es que coincidimos poco en competiciones oficiales. Esta Eurocopa no podía cerrarse con más lustre que con esta final en la que colisiona un equipo que recuperó su nivel triunfal de aquellas tres competiciones consecutivas frente a unos inventores que no tienen demasiada plata en sus vitrinas.
Si España ha sido la gran animadora de esta Eurocopa, Inglaterra aburría a las ovejas pero sacó un plus de efectividad tremendo. Una efectividad trufada de racanería para ir avanzando mediante empates, tanda de penaltis y goles sobre la campana. Pero es Inglaterra, los pross de cuando entonces, y eso da prestigio. Aunque tenga más cartel que fútbol, bajar el telón de una Eurocopa en Alemania y con Inglaterra es gran cosa, uno de esos sueños que alguna vez se cumplen.
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