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Por montera
Mariló Montero
Tres hombres, tres
El balcón
España tiene ya 49 millones de habitantes y Andalucía está parada en 8,66 millones, con baja natalidad sólo compensada por la inmigración. La evolución nacional es desigual. El litoral mediterráneo aumenta de población junto a Madrid y La Rioja. En el interior hay ritmos diferentes. Funcas ha analizado los cambios en las 23 provincias afectadas por la despoblación. Representaban en 1950 un tercio de la población y generaban el 27% del valor añadido, con la tercera parte del empleo del país. En ese tiempo han visto reducido su peso demográfico, económico y laboral a casi la mitad.
En esa foto salen Córdoba y Jaén, junto a las nueve provincias de Castilla y León, cuatro de Castilla La Mancha, las tres aragonesas, las dos extremeñas, dos gallegas y La Rioja. No todas tienen el mismo diagnóstico. Hay una España vacía que decrece: Lugo, Orense, León, Zamora, Salamanca, Palencia, Ávila, Segovia, Soria, Cuenca y Teruel. En León el domingo pasado 15.000 personas se manifestaron pidiendo separarse de Castilla. Hay otras provincias que se estancan; ahí están Córdoba y Jaén, junto a Albacete, Ciudad Real, Cáceres y Badajoz. Y una España interior que se recupera: Huesca, Zaragoza, Guadalajara, La Rioja, Burgos y Valladolid.
Como señalaba este diario en su editorial del lunes, Córdoba y Jaén son las provincias andaluzas que pierden población en la encuesta del INE de enero. Una experta en el tema, la profesora de Economía de la Universidad de Jaén Inmaculada Herrador lo explica por la baja natalidad, más fallecimientos que nacimientos y un equilibrio remediado en parte por la inmigración. Las provincias andaluzas más pujantes tienen ya un alto índice de extranjeros: Almería un 23% y Málaga un 19%. La media andaluza es del 10%. Esas 883.469 personas de distintas nacionalidades suponen más que la población total de Huelva o Jaén o Córdoba o Almería. Herrador indica que las proyecciones del Instituto de Estadística de Andalucía apuntan que en 2040 la población de Andalucía no habrá crecido y en 2070 habría perdido 800.000 habitantes. La profesora señala un triple reto: más tejido empresarial, mejores infraestructuras y aumentar la natalidad facilitando la conciliación.
Hay una España de dos velocidades cuya dinámica hay que romper. Una rural que supone el 84% del territorio, donde vive el 16% de la población sin los mismos servicios que la urbana. El objetivo de las autoridades es conseguir que todos tengan a media hora como máximo todo tipo de servicios; hospitales, farmacias, escuelas, bancos, supermercados, bares. De momento, una utopía.
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