Fiesta andaluza

Cuando el telón del mes más corto del año cae en el teatro de nuestra existencia, nos llega una fiesta que todos sentimos en el alma desde que nacimos.

El 28 de Febrero es el Día de Andalucía, y lo celebramos a lo grande, como corresponde al sentimiento más vivo de nuestro origen español.

Ser andaluz infiere un carácter especial de autenticidad, porque por encima de todo somos españoles.

Haber nacido en Andalucía es un privilegio, y ser andaluz un auténtico regalo, por eso, cuando llega esta fiesta autonómica anual miramos al mapa y vemos a nuestra tierra natal, más guapa, más morena y con más esperanzas. Porque dicho sea de paso, Andalucía ha vivido siempre en la primera línea de las esperanzas, esperando la llegada de lo real y merecido.

Hemos sido un pueblo resignado, quizás como resto de esa filosofía árabe que llevamos en las venas, pero siempre fuimos decididos y con arranque para las grandes empresas.

Cuando se trata de ser andaluz, el sentimiento español es el pedestal más bello que llevamos en el corazón. Renunciar a lo español es un agravio tan alto, que nunca Mcomprenderemos a los que navegan en la inconsciente oscuridad de su renuncia, ni rezará nunca jamás con nuestra forma de ser.

Andalucía es mucho más que una tierra de cante, de toros o de bailes. Andalucía es el cáliz de las mas bellas emociones de España, en el arte, el valor y en la ciencia de lo entrañablemente nuestro.

Una celebración como esta nos trae el recuerdo de años pasados, en los que comenzábamos a vivir la transición política de nuestro país, y donde afloraba esa conciencia cuyas formas elementales teníamos muy arraigadas en nuestra sangre.

Soñamos vehementemente que en el contexto de las distintas provincias que forman nuestra Autonomía no existan nunca provocadas diferencias, que todas a una formarán la leva de un tiempo nuevo donde, bajo la bandera roja y gualda, también esa verde y blanca formará el auténtico espíritu de lo que estamos llamados a ser en el futuro.

La fiesta andaluza de verdad la llevamos dentro, en nuestro espíritu, que no puede contener el carácter extrovertido de los que nacimos y nos criamos en nuestra tierra del sur.

Día de Andalucía. Día grande en el corazón de unas provincias hermanas que se abrazan en un mismo lazo de luz, de cielo y de acciones en pro de nuestro desarrollo.

Sólo Andalucía puede ser fuerte si permanece unida a sus principios de siempre. Esos que tenemos arraigados desde la cuna y que no admiten imposiciones, ni esnobismos, ni sangrías ideológicas y partidistas de tiempos polémicos.

Nuestros horizontes, forjados en la formación cristiana de nuestra religión, deben permanecer en la identidad de esta Andalucía, junto a nuestro carácter abierto, alegre, sincero, que no tiene otras mejores metas que la del trabajo, la fe, y la honestidad y el progreso en la mejor herencia de amor a nuestros hijos.