Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
La foto del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera me parece bastante potente. Se les ve relajados en el Parque Nacional de Doñana, mirando el paisaje, refrendando con ese encuentro un acuerdo sobre los regadíos del entorno. Y me parece bastante potente por diferentes razones. A saber.
Primero. Dos personas, de partidos enfrentados, son capaces de consensuar políticas en favor del territorio, haciendo cesiones inevitables, buscando los equilibrios entre los enormes intereses que flotan sobre Doñana. Es decir, que más allá de las incendiarias declaraciones sobre la fractura de este país, la supuesta falta de legitimidad del Gobierno Central, más allá de todo eso parece que se impone la cordura, y los políticos se ponen a trabajar en cuestiones concretas y complejas.
Segundo. Las movilizaciones de los colectivos ambientalistas para defender el territorio han servido. Los informes, las denuncias, la sensibilización, las recogidas de firmas, todo eso ha conseguido parar un plan de regadíos que condenaba al Parque Nacional. La política de base, el trabajo vecinal y asociativo ha de felicitarse por este acuerdo, pese a las lagunas que posiblemente tenga. Que las tendrá.
Tercero. El Presidente y la Ministra miran el paisaje. Ese paisaje de Doñana, esas marismas, esos pinares, esas enormes dunas y toda la vida asociada, todo eso es tan embriagador, tan contundente, que nadie debería desear su desaparición. Convertir eso en invernaderos, en huertos solares o en lo que sea que se nos ocurra para “rentabilizar” el territorio, es un error, basta con asomarse a Doñana para ser conscientes. El paisaje no es nuestro. Al menos no es “sólo” nuestro.
Cuarto. Los regantes, es decir, los agricultores, han respaldado, al menos de momento, el acuerdo. Defienden su modo de vida, sus cultivos. Hay que defender a los regantes, a los agricultores, en tanto personas físicas. Cuando la agricultura se transforma en fondos de inversión o en agroindustria el diálogo se complica, porque la agroindustria desprecia el paisaje y las formas de vida, sólo entiende de recursos y de cuenta de resultados. Y hay poco qué hablar entre dos universos tan dispares. Agricultura sí, agroindustria no.
Así que esa foto de Juanma Moreno y Teresa Ribera es muy potente. Necesitamos muchas fotos como esa para reconciliarnos con la política.
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