La colmena
Magdalena Trillo
¡Ojos abiertos!
El Malacate
Mañana no es festivo en Portugal. Es jornada laborable pero muy señalada para la provincia onubense. El alcalde de Faro ha convocado este lunes a sus homólogos de Huelva y Sevilla para escenificar en territorio luso la unión de las tres ciudades en demanda de una conexión ferroviaria de alta velocidad. Llega esta cita un mes y medio después de la Cumbre Ibérica que reunió en la misma ciudad a los dirigentes de los gobiernos de España y Portugal. Y pese a no tener esa misma dimensión, sí destaca por fondo y forma.
Aquella reunión estatal del 23 de octubre decepcionó a ambos lados del Guadiana, en Algarve y Andalucía. De entrada, ésta de ahora, precisamente, lanza un mensaje muy importante, por cuanto no se van a rendir ambas regiones y van a insistir en su demanda de un tren transfronterizo por considerarlo pieza fundamental para su desarrollo en los próximos años.
Del encuentro entre Luís Montenegro y Pedro Sánchez salió una amplia declaración institucional en la que apenas se recogía un vago compromiso de realizar “los estudios de movilidad y análisis coste-beneficio”. “Será algo que tengamos que materializar o sustanciar en el futuro ambos gobiernos”, dijeron en rueda de prensa al ser preguntados por ello. Sin más firmeza, ni plazos ni objetivos.
Ya ese día, el regidor de Faro, Rogério Bacalhau, como anfitrión de la Cumbre, les habló en público y en privado de ese AVE que el Algarve y Andalucía necesitan, y que llevan ya unos años reivindicándolo en las relaciones transfronterizas ibéricas. Ahora, Bacalhau ha dado un paso más, sin esperar a que acabe el año, para convocar una nueva cumbre de alcaldes para reafirmar su unidad en la reclamación de esta infraestructura.
El presidente de la Cámara Municipal de Faro recibe mañana a Pilar Miranda y a José Luis Sanz. Y como ya hicieron en Huelva meses atrás, presentarán en la capital del Algarve ese protocolo de intenciones para que las tres ciudades estén unidas con una línea ferroviaria de ancho europeo y acerque un poco más sus respectivas regiones.
La alianza con el Algarve debe ser un eje muy importante para el desarrollo a medio plazo de la economía andaluza. Igual ocurre para nuestros vecinos portugueses del sur, que ven en Andalucía más que una salida hacia Europa, con múltiples oportunidades de las que pueden beneficiarse mutuamente ambos territorios.
Ese potencial desarrollo conjunto está ahí. Y también deben verlo los gobiernos de ambos países, obligados a buscar y propiciar inversiones que puedan generar alianzas muy productivas para ambos países, condenados a unirse para crecer ante el resto de Europa. Si la unión política que soñaba Saramago en una sola Iberia no es alcanzable, que al menos se trabaje con una sintonía común en muchos aspectos, que también puede darles mucho rédito dentro de la Unión Europea.
Y en este camino, las dos regiones del sur, y probablemente las que mejor posicionadas están para ser motores tractores de sus respectivos países, deben acercarse y unirse con determinación, como ahora lo hacen los tres alcaldes.
De esta reunión de mañana debe salir un potente mensaje que haga frente a la falta de un compromiso real de los gobiernos nacionales. Y sentar las bases de una estrategia aún más contundente, si fuera necesario, para que las voces de los alcaldes lleguen de nuevo a las más altas instancias. Quizá así entenderán que sus demandas son legítimas y que buscan un beneficio que trasciende el ámbito local.
Rogério Bacalhau ya dio muestras de su determinación en sus conversaciones con los presidentes en la Cumbre Ibérica. Seguramente, en esta nueva ocasión junto a los alcaldes de Huelva y Sevilla, tratará de hacer más productiva esta reunión y aportar un poco de luz, al menos desde el lado portugués. Y aún así habrá una tercera, pendientes de verse otra vez las caras en Sevilla, ya con 2025 en rodaje.
Completado el triángulo ferroviario transfronterizo del sur, quizá será el momento de elevar el listón de la demanda y que los presidentes regionales se reúnan con el mismo fin y den un impulso a esta opción clara de desarrollo para Andalucía y el Algarve. El Guadiana no puede seguir siendo una barrera y la A-49 tampoco debe mantenerse como la única vía de comunicación de alta capacidad. Los tiempos obligan a más.
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