El balcón
Ignacio Martínez
Mazón se enroca
Dado que la frase: “Estos son mis principios y si no le gustan yo los cambio” atribuida a G. Marx y convertida en leyenda urbana tiene aplicación en la vida política española, dominada hoy día por la corriente sanchista y asociados, cada vez más cercanos a Marx, pero no a Groucho sino a Carlos -por su radicalidad que no por su gracejo- aunque en versión modernizada como “cambio de opinión” que queda como algo menos descarado, ante la atónita sensación interpretativa de la mentira por los protagonistas de tan descarado uso del lenguaje.
Pues bien, en estos días de tragedia que continuamos viviendo y de descarada confrontación política para alejarse de la asunción de responsabilidades sobre las múltiples consecuencias de la alteración meteorológica, debemos concluir que desde la visión política del tema, nadie está libre de culpa. Unos por incompetentes y otros por pervertir sus obligaciones, tal cual decíamos el otro día. Da igual que el incompetente e irresponsable haga ajustes de su equipo de gobierno y comparezca a petición propia porque su carrera política está finiquitada, en más o menos plazo temporal.
En el bando pervertidor, es diferente todo. Sus niveles de ética y moralidad en las más altas instancias son inexistentes y no hace falta plantear muchos ejemplos. Desde el “escapismo cotidiano” del Presidente, al reconocimiento implícito en el BOE, de la “emergencia nacional”, previamente negada, utilizado como argumento para mantener, mediante modificación de la legalidad, en su puesto al Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional, en vísperas de su jubilación. Una medida que solo puede interpretarse como una falta de respeto a las víctimas y un mecanismo de defensa vía elementos afines para mantener la posición inicial del “si necesitan ayuda que la pidan”.
Por fin y en la etiología del agravamiento de la alteración meteorológica, encontramos a la Ministra “oculta” de Transición Ecológica, no cito sus responsabilidades sobre Demografía porque no las ha ejercido.
En Andalucía sabemos de su talante y si no pregunten a los agricultores y ganaderos pero, sobre todo, veamos su prepotencia al no renunciar al Ministerio para irse a la UE, como candidato de Sánchez y que coloca a Úrsula en una posición complicada ante las exigencias del PP, aunque la solución estaría en cambiarla.
Sin embargo, al personaje lo califican sus actos propios de ecologista de despacho, inmersa en una sobreideologización ecológica que elimina el progreso humano y aquí vuelve Groucho Marx porque la señora Ribera, pasa del “nuclearismo” a afirmar “que pueden ser importantes para los procesos de descarbonización”. Ese cambio de principios se llama: Poder y unos 30.000€ mensuales.
También te puede interesar
El balcón
Ignacio Martínez
Mazón se enroca
La esquina
José Aguilar
Lo que importa a Carlos Mazón
La firma
Antonio Fernández Jurado
G. Marx y la ministra
Papas con choco
En Suzuki con la alcaldesa