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Huelva/"Está claro que hay que estar en Huelva”. Me lo dijo así, sincero, sin necesidaad de regalar oídos, uno de participantes en el Congreso Nacional de Hidrógeno Verde celebrado esta semana. Ponente, además, con peso en el sector, en confesión privada, que tiene mucho más valor. Hay que estar en Huelva para hablar de hidrógeno, para dar forma a esta revolución energética que está en marcha, sorteando obstáculos y definiendo el camino para avanzar más rápido y más seguros.
Para ello este congreso es una plataforma propicia, que en esta segunda edición ha crecido de forma increíble por ofrecer lo que no se da en ningún otro punto de España, y con más inscritos europeos y latinoamericanos.
No es fácil reunir a 1.400 acreditados en una ciudad como Huelva. Invitados que han pagado, además, un precio notable por su pase de tres días porque realmente tienen interés por debatir y encontrarse, por poner las bases de un proceso de transformación incipiente pero del que depende en gran parte el futuro industrial y económico mundial. No es poca cosa y ya se empieza a ver así, sin necesidad de amplificar los discursos con vaticinios grandilocuentes.
Durante tres días en la Casa Colón se ha hablado mucho de la necesidad de “ver ladrillos”, en referencia a que los proyectos empiecen a materializarse. Y hay coincidencia en que empieza a ser así. Los desarrollos anunciados un tiempo atrás ya están madurando adecuadamente. Unos más que otros, ciertamente, pero hay plantas en construcción y a lo largo de este 2025 habrá más. En un sólo año hay avances considerables que ofrecen perspectivas de un crecimiento exponencial, que, en cualquier caso, debe asentarse en la tierra. El temor a una posible burbuja del hidrógeno verde se ha disipado.
Para conseguirlo, la unión se ha revelado fundamental. De hecho, ha sido aquí en Huelva donde se ha presentado estos días una iniciativa que ha ido madurando en los últimos meses, y que ha llevado a una alianza de clústeres y valles que promueven la producción de moléculas verdes en todo el país. Es el camino, el único posible, casi, para que el despegue sea firme.
Pero también, y se ha dejado claro estos días, hace falta un marco normativo y una Administración que aporte seguridad a los inversores. El apoyo de los Gobiernos es imprescindible, y las ayudas en vez de gravámenes, porque es demasiado ambicioso, estructural, de hecho, el cambio que se debe abordar, con un horizonte de sólo 25 años, con demasiados objetivos que cumplir.
Europa se tiene que poner las pilas. La investigación, la innovación, el desarrollo de tecnología propia y una apuesta fuerte por los proyectos planteados debe llevar a la independencia energética y estratégica, sin depender más de terceros. Y en eso, España, Andalucía y, especialmente, Huelva, tienen una oportunidad para destacarse por las condiciones tan especiales que se dan aquí. Es una realidad.
Ese crecimiento que ha experimentado el Congreso de H2V, por otro lado, está próximo a tocar techo, si no lo ha hecho ya. Y debe llevarnos aquí a repetir una reflexión y provocar una acción urgente: faltan plazas hoteleras y falta un auténtico palacio de congresos y exposiciones que pueda acoger eventos de enorme envergadura, como éste del hidrógeno verde lo es.
Un foro de este tipo, más que un escenario para el debate y la reflexión, es un punto de convergencia entre intereses comunes que deriven en alianzas comerciales y empresariales para el desarrollo de proyectos. Por eso requiere de una zona expositiva amplia y cómoda para las empresas que participan, sin limitaciones ni otros condicionantes. Y también unos espacios adecuados para reuniones, unas más públicas, otras, necesariamente, más privadas, en los que se propicien sus objetivos.
Hasta ahora la Casa Colón ha cumplido esa función, con el plus de estar en pleno centro de la ciudad, en un conjunto histórico y arquitectónico muy singular, enraizado con el despegue industrial de la provincia, y con hoteles a su alrededor. Pero éstos, además, se ha comprobado también estos días, son insuficientes. Faltan plazas hoteleras. De hecho, algunos participantes, altos directivos de empresas, han acabado pernoctando en hostales por no haber más habitaciones disponibles. Y por más que pueda aumentar ahora la oferta en apartamentos turísticos, como alternativa, la planta de hoteles debe crecer para asumir una clientela cada vez más ligada a los negocios, y con ese mercado de congresos y ferias como un nicho por explotar, como se ha vuelto a comprobar.
Hay que decir con orgullo que Huelva tiene capacidad para producir eventos de primer nivel como éste del hidrógeno verde, que, ahora sí lo podemos afirmar sin exagerar, es ya la referencia en España para este sector. Huelva puede hacerlo y sabe hacerlo, con empresas y personal de aquí, sin necesidad de salir, con un resultado sobresaliente, en el que muchos fuera también se han fijado ya.
Sólo hay un inconveniente, y es el punto en el que se cierran todos los círculos en Huelva: las infraestructuras. La falta de mejores conexiones en tren ha privado de mayor presencia y con más calidad, en cuanto a tiempo de estancia, de participantes en el congreso. Y es un hecho constatado en conversación con muchos de ellos, tanto por experiencia propia como por la de otros directivos de compañías importantes. Una razón más para empujar por tener el AVE cuanto antes.
Huelva lo tiene todo para ser un importante motor económico pero hay que darle medios y dotaciones
Tener una conexión de este tipo es fundamental para el desarrollo de negocios en un momento en el que Huelva acapara el protagonismo de la nueva revolución industrial que es la transición energética. Y para liderarla de verdad y acaparar la llegada de inversiones y la implantación de nuevas empresas para generar riqueza, hay que dar facilidades a la movilidad entre los grandes centros de interés.
Esta provincia lo tiene todo para ser un importante motor económico en España, pero hay que darle medios que acompañen y favorezcan ese desarrollo que, más que para Huelva, lo será para todo el país y para Europa.
Del AVE se está ocupando ya el Ministerio de Transportes, según anunció el ministro Óscar Puente la semana pasada. Pero, sin dejar de aplaudir la decisión y el avance, hay que recordarle que no podemos permitirnos más pausas.
Las incidencias que no cesan en la línea de Huelva no son un buen escaparate para un país que ha puesto aquí buena parte de su futuro industrial con su independencia energética. Hay que tender alfombras rojas y la alta velocidad ferroviaria lo es.
Hay que tender alfombras rojas y la alta velocidad ferroviaria lo es
La otra pata de las infraestructuras depende de nosotros. Y también debemos ponernos las pilas. Hace falta ese palacio de congresos y esos hoteles. Y tenemos la oportunidad de apostar por proyectos ambiciosos en plena planificación del Ensanche Sur o del Muelle de Levante, que pueden ser perfectos focos de desarrollo donde levantar esas nuevas dotaciones que reflejen otro cambio para Huelva hacia nuevos tiempos.
El reto estaba ya encima de la mesa hace tiempo y ahora apremia. Aprovechemos que, como ahora se ha vuelto a comprobar esta semana, al final lo del hidrógeno verde en Huelva es verdad, va para adelante y no podemos perder la ocasión de liderarlo.
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