El hombre del tiempo

Pero se resume en una palabra: agua. Bendita agua. Aunque nunca llueve a gusto de todos.

Despejar la incógnita

Hermandad de La Fe.
Hermandad de La Fe. / Clara Carrasco

02 de abril 2024 - 05:00

No sé ustedes, pero en mi caso estos días vacacionales han supuesto un maratón de películas y horas de diversión frente a las cartas y los tableros de diferentes juegos de mesa. También un puñado de procesiones que con suerte vi con paraguas en mano por si acaso. Algunos ratos con amigos bajo techo. Algunas torrijas y pestiños. Y lanzarnos en tropel a la calle cuando el sol prometía un par de horas de claridad. Todo por la lluvia, las borrascas, aguaceros, trombas, regadas, lloviznas, granizos, tormentas, diluvios o como hayan vivido o querido llamar a los episodios meteorológicos que hemos tenido durante la Semana Santa. Pero se resume en una palabra: agua. Bendita agua. Aunque nunca llueve a gusto de todos. Mucha queja, mucha incidencia, pero cuando nos queramos dar cuenta, no habrá problemática climatológica alguna (¿por qué la lluvia es una problemática?, menudo sambenito). Dejaremos de mirar los mapas del tiempo porque a los días de sol les seguirán más días de sol. La única duda será qué camiseta de manga corta ponernos.

No ha sido así recientemente, que si lluvia, que si claros, que si probabilidad. La meteorología cuando se dan estos fenómenos adversos (y dale con el sambenito) se convierte en lugar de culto. En casas de mis abuelos esa función la tenía el telediario de TVE, con Francisco Montesdeoca y José Antonio Maldonado. Poseían la verdad en cuanto al clima se trataba. Después vendría Julio Marvizón, que lo mismo te marcaba un anticiclón que te sacaba un libro de la Sábana Santa de Turín. Incluso se acabó imponiendo lo que señalara Minerva Piquero, pues la igualdad también tuvo su faceta meteorológica, sumando otras mujeres como Himar González o Mónica López. Mención aparte para el emporio que ha creado Roberto Brasero.

Como es habitual, todos esos referentes suenan forasteros, a gran escala, no esperas cruzártelos por la calle. Aunque desde hace más de una década eso no es así a causa de Daniel Zamora y su perfil de Twitter llamado @Meteohuelva. Por su dedicación y rigor se ha convertido en un referente provincial y local al que acudir. En esta semana ha dado el parte diario, indicaciones por franjas, y hemos recurrido a él asiduamente como un oráculo de rigurosidad, pues no vende el humo de las nubes, sin importar ademanes y achaques. Qué necesarias estas personas. Gracias por educarnos, reconciliarnos, con tu afición, con tu pasión, con la meteorología. En Huelva ya tenemos a hombre del tiempo. Con gentes así, al infinito y más allá.

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