
El Malacate
Javier Ronchel
Huelva asciende a primera división
El Malacate
Huelva/Apenas 50 metros separan el número 4 de la calle Espronceda del antiguo Banco de España, en la Plaza de las Monjas. El primero, la vivienda donde nació el pintor onubense José Caballero. El segundo, el edificio que se reformará para ser nuevo Museo de Bellas Artes de Huelva y sede final del legado del artista. Su obra, su memoria, permanecerá en casa, más que nunca, después de que la Junta de Andalucía haya apostado por asegurar toda su colección en su ciudad, y permitir que se exhiba de forma permanente en un espacio a la altura de su dimensión, la de uno de los grandes vanguardistas del siglo XX.
Precisamente hace ahora un año, también en marzo, la Consejería de Cultura hizo otro movimiento premonitorio, declarando Bien de Interés Cultural la casa natal de Caballero. Un anticipo de esa voluntad final de reivindicar la memoria de uno de los más grandes artistas plásticos de Andalucía y cumplir su último deseo, como el de su viuda, de que su obra, las de su colección y su archivo documental y pertenencias personales volvieran a su tierra para siempre.
Esta es ya, a estas alturas del año, la noticia cultural más destacada de 2025 en Huelva. Y de los últimos tiempos. Se hace justicia con uno de los grandes onubenses de la cultura, por fin reconocido al nivel que corresponde por su significado en la pintura nacional del último siglo, valorado por sus paisanos ahora como se le valora fuera. Porque en más de una ciudad española esperaban a que no cuajara el retorno de su legado a Huelva para reclamarlo y darle el espacio propio que merece un artista de su calibre.
Han sido varios meses los que se ha llevado la Junta de Andalucía en conversaciones con la Fundación Caballero – Thomas de Carranza como custodia del legado del pintor onubense, con la intermediación clave del Ayuntamiento de Huelva, con su alcaldesa Pilar Miranda al frente. Hay que reconocer que los primeros pasos se dieron siendo alcalde Gabriel Cruz, aún en vida de María Fernanda Thomas de Carranza, y que fue posteriormente Miranda quien cerró la cesión a la ciudad, primero con la intención de encontrar acomodo a la colección en el rehabilitado antiguo cuartel de Santa Fe. Entre las dificultades para contar con unas instalaciones adecuadas para la exhibición, conservación y disposición del vasto legado de Caballero, y el deseo de corresponder por igual la generosa aportación de la familia del pintor a través de la Fundación, la Consejería de Cultura ha intervenido para llevarla al nuevo museo proyectado en el corazón de la ciudad, donde cobra más sentido que en ningún otro lugar esos fondos que constituyen un activo cultural de primer nivel.
El Centro de la Comunicación Jesús Hermida ya es un valor singular para empezar, que hace justicia a otro onubense universal. Ahora, con este museo consagrado a Caballero y las bellas artes, Huelva asciende a la primera división de la cultura nacional, con una oferta única en España por lo que supone la obra de José Caballero para las vanguardias del siglo pasado, pero también por la riqueza y transversalidad de los fondos documentales del pintor, testigo de primera línea de la Generación del 27, de la que ya se prepara la celebración de su centenario en Andalucía. Es lo que hace fijar, además, un objetivo en el horizonte en sólo dos años para incorporar a Huelva como enclave también fundamental para el estudio de la época más brillante en la cultura española desde el Siglo de Oro.
Ya se está recordando estos días la amistad de Caballero con Federico García Lorca y su colaboración estrecha en el grupo teatral La Barraca y en el diseño del cartel de estreno de Yerma, los decorados de Bodas de Sangre o las ilustraciones para una edición de José Bergamín de la obra Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías.
Además, el onubense mantuvo una estrecha relación, entre otros, con Rafael Alberti, Miguel Hernández, Luis Buñuel, Salvador Dalí y, especialmente, con el chileno Pablo Neruda, que también nomina un instituto de Secundaria en Huelva, como su amigo onubense. De estas amistades entre genios multidisciplinares hay reflejo en el gran archivo artístico, documental y epistolar, que como se ha subrayado tantas veces, es clave para el estudio de aquella generación prodigiosa de artistas.
Todo eso vendrá a Huelva. Y se quedará. En un espacio monumental, céntrico y con instalaciones de estreno en el antiguo Banco de España, en el nuevo Museo de Bellas Artes de Huelva, que pasará a tener como referente indiscutible a José Caballero, entre los fondos pictóricos y escultóricos del centro expositivo de Alameda Sundheim, y entre obras de Picasso, Dalí o Miró, de la propia colección del artista onubense, que pasarán a exhibirse también en Huelva de forma permanente.
Huelva gana un museo de altura, un espaldarazo clave a la oferta cultural de la ciudad, con uno de los suyos. De verdad, tangible, sin construir castillos en el aire con proyectos de contenido indefinido. Y quizá como primer avance de lo que puede llegar después. Porque también habrá que asegurar el futuro del legado de pintores fundamentales en la Huelva contemporánea, empezando por Juan Manuel Seisdedos, que debe tener, igualmente, ahora y para la posteridad, un lugar destacado.
Otra cosa es lo que venga del reconvertido Museo de Huelva en Arqueológico, necesitado de un proyecto de máxima envergadura, como también el legado histórico de la provincia. Se ha perdido una gran ocasión, en el antiguo edificio de Hacienda, de dar un espacio propio, de gran dimensión, al pasado tartésico de Huelva, con el que reclamar ante el resto de España y Portugal su más que probable capitalidad del legendario reino.
Quizá se pueda abrir una nueva oportunidad en la Gran Vía cuando el traslado de la Diputación a su nueva sede deje libre el actual palacio provincial, en el que se exhibe ese otro gran mural de José Caballero. O en una nueva parcela del Ensanche Sur, con una nueva construcción de singular arquitectura que cruce pasado protohistórico con la experimentación y las vanguardias que tanto defendió Caballero.
Tiempo habrá para hacerlo. Bien, como corresponde, sin improvisaciones y con ambición. Ahora toca celebrar esa extraordinaria noticia para la cultura en Huelva, un acuerdo que debe ser pacto de ciudad, sin estridencias ni demagogia que lo mezcle con otras causas. Aunque toca también ser inconformistas y seguir pidiendo en el mismo ámbito, de forma coherente. Porque hay mucho que avanzar en esa riqueza arqueológica y artística que tiene la provincia, y porque hay mucho pendiente todavía por invertir y dotar a esta tierra como tanto se le ha negado anteriormente.
Ahora, éste sí parece que es el año de Caballero y más lo será 2027 (confiemos) con su esperado museo. Y que José y María Fernanda lo vean allá donde estén y lo celebren como nosotros lo hacemos ahora. Y ya hablaremos la semana que viene del Materno-Infantil, que esa es otra historia.
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