Huelva, plató de cine

Caleidoscopio

Huelva es tierra de cine; lo demuestran las casi un centenar de películas rodadas en nuestra provincia a lo largo de los últimos cien años

27 de junio 2024 - 12:25

Recordarán nuestros lectores que el pasado domingo,16 de junio, nuestro director, Javier Ronchel, publicaba en su habitual sección El malacate, un artículo titulado “El premio millonario del cine”, a propósito del rodaje en nuestra ciudad y su entorno de la película Los tigres, todo un acontecimiento que “constituye –escribía– una muestra del camino a seguir por la provincia para abrirse a una industria audiovisual en alza y con mucho que aportar aquí”. Tan oportuna opinión me recordaba un coloquio en la antigua Teleonuba con el director Antonio Cuadri, y el escritor Juan Cobos Wilkins, recién terminado el rodaje de El corazón de la tierra (2007), que el director triguereño había dirigido sobre la famosa novela del escritor riotinteño. Hablaba Antonio entusiasmado de las posibilidades de Huelva para el rodaje de películas y la perspectiva de unos estudios que aprovecharan las bondades que en materia climática e incomparable idoneidad de paisajes y diversidad de lugares ofrecen, además, una inagotable cantidad de localizaciones cinematográficas.

Huelva es tierra de cine. Lo demuestran las casi un centenar de películas rodadas en nuestra provincia a lo largo de los últimos cien años, que se cumplirán el año que viene, ya que en 1925 se rodó en Aracena la primera versión de Currito de la Cruz, basada en la famosa novela de Alejandro Pérez Lujín y que dirigió el propio autor. Tengo registradas todas las películas filmadas aquí sin contar las series de televisión, documentales y cortometrajes, que suponen también una ingente cantidad, lo que demuestra los atractivos cinematográficos de nuestros parajes. 

En esa amplia perspectiva de títulos podemos admirar toda una múltiple variedad de producciones y argumentos, algunos realmente exóticos pero que aquí han encontrado su más adecuada réplica, su marco más apropiado. Tengamos los casos de Viaje al centro de la tierra (1959), de Henry Levin; La India en llamas (1959), de J. Lee Thompson; Los titanes (1962), de Duccio Tessari, que también eligieron Aracena y su Gruta de las Maravillas como escenario de sus rodajes, si bien la localidad serrana sirvió también como marco de historias de otro tipo, como fueron Faustina (1957), de José Luis Saenz de Heredia; Yerma (1999) y Madre amadísima (2008) ambas de Pilar Távora, entre otras. Pero asimismo Doñana, paisaje singular por tantos motivos, que sirviera para rematar alguna secuencia inacabada de una de las mejores películas de la historia del cine, Lawrence de Arabia (1962), de David Lean. Son sólo unos ejemplos de esa apasionante variedad.

 En esa larga lista de películas rodadas en Huelva es notable, además de la diversidad de temas y de la idoneidad del paisaje que nuestro ambiente natural brinda a la cinematografía, cualesquiera que sean sus veleidades argumentales, habría que destacar su luz, su luminosidad muy especial que enriquece y sublima la espléndida fascinación de sus paisajes.

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